Resulta evidente que el paradigma de la movilidad se encuentra en plena evolución, es algo indiscutible. Y la propia industria de la automoción lo asume desde la certeza de que únicamente preparándose para un nuevo entorno será posible superar los desafíos a los que se enfrenten. Porque, ciertamente, pueden existirmotivos para la preocupación cuando la última edición del Informe Global sobre la Automoción que anualmente realiza la consultora KPMG concluye, entre otras cosas, que en 2025 la mitad de los conductores no querrán tener un coche propiedad.
Es el criterio del 59% de los cerca de 1.000 directivos de 42 países que ha encuestado KPMG, que alertan así del peligro de un “drástica caída de los ingresos” para las empresas del sector. Al crecimiento de servicios de coches compartidos se une la implantación del coche autónomo, sin conductor, que según el informe “cambiará radicalmente el uso que se hace de los vehículos y, por tanto, los criterios de compra”.
Más allá de la opinión de los expertos de la automoción de todo el mundo, la percepción de los usuarios es tenida del mismo modo en cuenta a través de entrevistas a más de 2.400 conductores de todo el mundo. Y la coincidencia en tal sentido es plena, puesto que una tercera parte de ellos está de acuerdo en que no tendrá necesidad de disponer de un automóvil en propiedad en el horizonte de 2025.