Su propietario, Luis Colmán, quiso revitalizar un espacio que llevaba décadas siendo un ícono en la ciudad. “La casa donde se encuentra La Antigua tiene más de 100 años, y su ubicación frente al lago de Itá la hacía un lugar emblemático para la comunidad. Muchos iteños crecieron con este lugar como un punto de encuentro para tomar tereré, compartir con amigos y disfrutar del paisaje. Sin embargo, queríamos darle una nueva vida, un giro gastronómico y cultural que permitiera atraer a nuevas generaciones, manteniendo la esencia que siempre la caracterizó”, comentó Colmán.
La casa fue reformada de manera cuidadosa, manteniendo elementos de la arquitectura original, pero incorporando un estilo que refleja las décadas de los años 90. Con detalles que evocan la nostalgia de esa época, ofrece una mezcla única de arte local y un ambiente acogedor que recuerda las tradiciones del Paraguay, sin dejar de lado un toque moderno que se refleja en su oferta gastronómica.
En cuanto a la propuesta gastronómica, Colmán mencionó una variedad de platos que van desde opciones rápidas, como sus famosas pizzas de masa madre, hasta menús más elaborados y temáticos según la ocasión. A decir del propietario, las pizzas son uno de los platos más pedidos, destacándose por su masa aireada y relleno generoso, inspirada en la tradición italiana, pero con un toque local que las hace únicas. Además, la carta se complementa con opciones como hamburguesas y entradas variadas, ideales para compartir entre amigos o familiares.
Pero lo que realmente distingue a La Antigua es su capacidad para mezclar la gastronomía nacional e internacional, creando un menú que sorprende y deleita. "Por ejemplo, hemos creado el pollo arateriyaki, una fusión entre la gastronomía japonesa e ingredientes nacionales. Además, tenemos postres innovadores, como la torta con helado, que rememora el clásico volcán de chocolate, pero con una vuelta de tuerca moderna", explicó.
Para quienes buscan algo diferente en sus bebidas, el lugar también ofrece tragos que no pasan desapercibidos. El mojito guaraní, por ejemplo, es una de las bebidas más solicitadas. Este trago se caracteriza por su mezcla de menta con hierbas autóctonas del Paraguay, creando una experiencia refrescante y totalmente original.
En sus instalaciones se realizan eventos de todo tipo, desde exposiciones artísticas hasta obras de teatro, fiestas temáticas y talleres de diversas disciplinas, como ajedrez y cerámica. Para Colmán, es una forma de reactivar la vida social y cultural de la ciudad. "Queríamos que La Antigua fuera más que un restaurante. Este es un lugar donde la gente se pueda reunir, disfrutar de buena comida y también vivir experiencias culturales. Es un espacio donde la tradición y la modernidad se encuentran, y ese es el propósito: generar más experiencias para la nueva generación, pero sin perder de vista nuestras raíces".
Colmán tiene grandes planes para el futuro. Su visión es expandir el alcance del restaurante y convertirlo en un referente no solo para los habitantes de la ciudad, sino también para los turistas que viajan por la zona. "Queremos que La Antigua sea una parada obligatoria para todos los que pasan por Itá. La idea es que se convierta en un lugar emblemático, un punto de referencia que atraiga a personas de todas partes", mencionó.
Itá, una ciudad pequeña, pero en constante crecimiento, está experimentando una expansión en cuanto a la oferta gastronómica y cultural, y La Antigua es parte fundamental de este proceso. Colmán afirmó que la clave del éxito ha sido arriesgarse, invertir en la innovación y adaptarse a las demandas de los clientes, lo que ha permitido que el restaurante se mantenga vigente, que continúe evolucionando y ganando popularidad.