“Mi nombre es Enrique Jara, nuestro grupo se llama Sin Tierra Moto Grupo Paraguay”, comienza contando el referente del grupo a InfoNegocios. “No es un club con presidente o secretario. Somos un grupo de amigos, pero más o menos la cabeza somos los fundadores”, aclaró.
El grupo nació en 2021, “después de la pandemia”, recuerda. Todos los integrantes se conocieron en otro grupo del cual decidieron separarse tras algunas diferencias internas. “Éramos todos del capítulo central. Salimos y fundamos lo que sería Sin Tierra ahora. Somos amigos, y eso es lo que nos mantiene”, subrayó Jara.
Hoy son unas 10 personas las que integran el grupo. No hay inscripción ni formulario: “Normalmente vienen a través de otro miembro del grupo, que le invita a un viaje o a un proyecto. No somos un grupo cerrado. Incluso hay amigos que pertenecen a otros motoclubes, y no pasa nada porque somos amigos”, dijo.
Viajar sin fronteras
“La invitación básicamente es: ‘Che, muchachos, hay un encuentro en Encarnación, ¿qué tal si nos vamos?’. Y ahí vemos la fecha, buscamos hotel, y salimos. A veces vamos ocho y terminamos cinco o seis, depende del tiempo de cada uno”, comentó Jara entre risas.
Cuando los viajes son internacionales, la planificación requiere más tiempo. “Se revisan las motos, se toman presupuestos, se fijan fechas. Normalmente Argentina es el lugar más querido por el grupo, también Brasil. Algunos muchachos ya fueron a Bolivia, Chile y Perú”, cuenta.
Respecto a las motos, no hay distinción formal, aunque Jara aclaró: “No decimos ‘no vengas porque tu moto es chica’, pero naturalmente el ritmo de viaje es diferente. No es recomendable viajar con motos pequeñas por seguridad. En la ruta los camiones van más rápido que una moto de baja cilindrada y eso es riesgoso”.
Aun así, recuerda con simpatía una excepción reciente: “En el encuentro de Pilar este mes vino con nosotros una Navi. Salió una hora antes, nos alcanzamos en el camino y llegó dos horas después, pero lo hizo. Fue algo lindo de ver”, aseguró.
Más que un viaje
Para Enrique, andar en moto no es solo transporte: es libertad, sensación, escape. “Yo invito a chicas, muchachos, señoras y señores a que se animen a viajar en moto. No importa la edad. Hay mucho prejuicio, sobre todo en gente mayor, por los accidentes, pero no es así. Es un placer, una sensación totalmente diferente a la de andar en auto”, afirma.
Cuenta que las rutas paraguayas son parte del encanto: “Con la ruta nueva, ir a Pilar es una maravilla. Lo mismo la ruta uno, la ruta dos… nuestro país es precioso, y en moto se aprecia más”. Preparar la ropa, revisar el clima, organizarse con amigos: “todo eso ya forma parte del viaje”, dice.
“Es un escape tremendo. Tengo 55 años y te sentís de 25 arriba de la moto con los amigos. Hay algo que no tiene explicación: en la ruta, si una moto se descompone, no importa qué moto tengas, te vas a quedar a ayudar. Es algo natural. No pasa eso con los autos”, reflexiona.
Motociclistas, no “motoqueiros”
Aunque pasa la mayor parte de su semana sobre dos ruedas (“ando 99% del tiempo en moto y 1% en auto”), Enrique diferencia claramente entre tipos de conductores. “Nosotros no somos ‘motoqueiros’. Somos motociclistas. La persona que tiene todos sus documentos, usa casco, calzado y ropa adecuados, y anda con respeto en la ruta. Esa es la diferencia”, enfatiza.
“Los motoqueiros son los que andan en zapatillas, sin luces, cruzan el rojo y corren carreras en la avenida. No nos identificamos con esa gente”, sentenció.
Finalmente, Jara sueña con que en Paraguay se regule mejor el uso de las motos y se fomente el respeto mutuo entre conductores. “Dios quiera que se reglamente más, que los motociclistas nos hagamos respetar y respetemos también. Porque la moto no es peligro: el peligro está en cómo se usa”, concluye.