Con esta decisión, Paraguay logra el Grado de Inversión con dos de las tres principales agencias calificadoras del mundo, Standard & Poor’s y Moody’s Investors Service, y queda pendiente aún la de Fitch Ratings.
Con esto el país se consolida como una de las economías con mayor credibilidad macroeconómica de América Latina. Para el sector privado, esto implica un entorno más previsible, mejores condiciones para financiar proyectos de largo plazo y una señal clara de estabilidad institucional, un factor cada vez más determinante en las decisiones de inversión.
Standard & Poor’s destacó como eje central la fortaleza de la institucionalidad económica del país. La evaluación refleja el resultado de políticas económicas responsables, coherentes y sostenidas en el tiempo, así como un historial probado de estabilidad macroeconómica que permitió a Paraguay atravesar un contexto internacional marcado por volatilidad e incertidumbre sin sobresaltos mayores. La calificadora subrayó la resiliencia de la economía, la efectividad de las políticas públicas y la creciente confianza de los inversionistas en el marco institucional paraguayo.
Desde la perspectiva de los negocios, el impacto más directo se observa en el costo del capital. Un país con Grado de Inversión accede a financiamiento en mejores condiciones, tanto para el sector público como para el privado, lo que se traduce en tasas más competitivas, mayor profundidad del mercado financiero y un mayor apetito de fondos institucionales, que por mandato solo pueden invertir en economías con este estatus. Esto amplía el universo de potenciales inversores y mejora la competitividad de Paraguay frente a otros destinos de la región.
En el plano fiscal, S&P valoró el compromiso del Gobierno con la prudencia y la disciplina fiscal, el cumplimiento de metas conservadoras y el proceso de consolidación de las cuentas públicas, orientado a reconstruir los buffers fiscales tras los shocks recientes. También resaltó el fortalecimiento institucional del Estado, incluyendo la modernización del Ministerio de Economía y Finanzas, el refuerzo de la administración tributaria y el avance de reformas estructurales para mejorar la eficiencia del sector público y crear condiciones más favorables para la inversión privada.
En materia monetaria, la calificadora subrayó el creciente nivel de credibilidad del Banco Central del Paraguay, evidenciado en la rápida convergencia de la inflación y de las expectativas inflacionarias hacia la meta, incluso luego de la reducción del objetivo inflacionario. El esquema de metas de inflación, acompañado por un tipo de cambio flexible y niveles adecuados de reservas internacionales, fortaleció la capacidad de la economía para absorber shocks externos y amplió el margen de maniobra de la política monetaria, un elemento clave para la estabilidad del sistema financiero y la previsibilidad que demandan los inversores.
El desempeño económico también fue un factor determinante en la evaluación. Paraguay mostró un crecimiento robusto pese al contexto global adverso, impulsado por la inversión privada, el dinamismo de la demanda interna y una progresiva diversificación de la base productiva. Este crecimiento sostenido, junto con reglas claras y estabilidad macroeconómica, mejora las perspectivas de desarrollo de largo plazo y refuerza la posición externa del país.
Desde el Gobierno, tanto el Ministerio de Economía y Finanzas como el Ministerio de Industria y Comercio coincidieron en que el Grado de Inversión fortalece el atractivo de Paraguay como destino para nuevas inversiones, especialmente en sectores intensivos en capital y de largo plazo, como infraestructura, energía, industria, agroindustria y servicios. El reconocimiento también mejora la posición del país frente a organismos multilaterales y socios estratégicos, facilitando el acceso a líneas de financiamiento y cooperación en mejores condiciones.
Cabe destacar que este logro no es un hecho aislado, sino el resultado de un proceso gradual y consistente. En los últimos dos años, Standard & Poor’s reflejó este avance con sucesivas mejoras: una suba de calificación en febrero de 2024, un cambio de perspectiva en enero de 2025 y, finalmente, la elevación al Grado de Inversión en diciembre, tras nueve años sin mejoras. Esta trayectoria confirma la solidez de la estrategia económica adoptada y la confianza sostenida de los mercados en el rumbo macroeconómico e institucional del país.
En términos de negocios, el desafío ahora pasa por traducir este respaldo macroeconómico en inversiones concretas. Si bien el Grado de Inversión no garantiza automáticamente un aluvión de capitales, sí elimina una barrera clave y coloca a Paraguay en el radar de grandes jugadores globales. La combinación de estabilidad, reglas claras y menor percepción de riesgo abre una ventana de oportunidad para acelerar proyectos productivos, profundizar el mercado financiero y consolidar un crecimiento más sostenido y de mayor calidad.
Buenas previsiones
Para la calificadora, “es probable que Paraguay avance en los próximos años en el establecimiento del marco legal y regulatorio para mercados financieros más profundos, mejorando así la eficacia de la política monetaria y facilitando una mayor dependencia de la deuda en moneda nacional vendida a inversores nacionales. La penetración del crédito interno se ha acelerado durante la última década, probablemente alcanzando el 56% del PIB para 2026 desde el 46% en 2019, mientras que los indicadores de calidad de los activos se han mantenido estables. Los mercados de capitales nacionales son menos profundos que los de Brasil o Colombia. Sin embargo, la legislación recientemente aprobada, como la creación de la Superintendencia de Pensiones del Sector Público, debería fortalecer el mercado financiero nacional”.
Además, “la sólida inversión privada y el consumo deberían impulsar un crecimiento cercano al 4% en los próximos dos años, tras un promedio del 3,9% entre 2022 y 2025, convirtiendo a Paraguay en una de las economías más dinámicas de América Latina. Se prevé que el PIB per cápita aumente a US$ 9.000 en 2027, desde menos de US$ 7.000 en 2024. El potencial económico de Paraguay reside en sus vastos recursos naturales y la abundante energía limpia. Si bien la IED se ha mantenido por debajo de los niveles de sus pares latinoamericanos durante la última década, el interés inversor ha aumentado en los últimos años, impulsado por la trayectoria de Paraguay de condiciones macroeconómicas estables y políticas favorables a las empresas”.
Hay que celebrar
"Estoy muy contento de que Paraguay tenga el segundo grado de inversión. Paraguay debería poder atraer inversiones en cantidad, esperemos, pero por el momento no pudimos concretar grandes llegadas como Paracel", opinó el economista Victor Raúl Benítez. Esto estaría relacionado con las tasas que maneja Estados Unidos actualmente.
Por otro lado, dijo que hay países como Argentina que accedió a un crédito enorme por parte del FMI, a pesar de la poca credibilidad que tiene en el mundo. "Hay que ver si es que el grado de inversión cumple con su cometido. Ahora la estabilidad cambiaría es de 5% de variación en tres días, antes teníamos eso en un año", precisó.
Esto debería generarle visibilidad a los empresarios productivos, comentó el economista. “De lo contrario, significa que en la práctica no hay confianza”, finalizó
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