El apoyo nutricional es indispensable
• Moderar el consumo alimentos integrales (cereales, panes, galletas).
• Potenciar el consumo de fibra soluble; como el dulce de membrillo o la manzana, aunque también se recomienda tomar diariamente suplementos alimentarios de este tipo de fibras.
• Evitar los alimentos ricos en grasas, las frutas cítricas (sobre todo la naranja) y las espinacas para menguar y neutralizar el efecto laxante producido por las sales biliares (bilis) en el colon.
• Disminuir el consumo de fructosa (un tipo de azúcar simple que se encuentra sobre todo en las frutas). Elegir las frutas más pobres en azúcar y más ricas en pectina como, por ejemplo, la manzana con piel. No es adecuado tomar jugos.
• Eliminar totalmente el consumo de sorbitol (un edulcorante presente en algunos chicles por ejemplo), los alimentos o especias picantes, el gas (en las bebidas), el café y el té en exceso. Moderar cantidad, frecuencia e intensidad de la bebida.
• Tomar dos litros de agua, sin gas, al día. Es muy importante garantizar la hidratación cuando hay diarrea. Se recomienda beber agua o infusiones suaves como tilo o manzanilla. Además un aporte suficiente de líquidos también ayudará a combatir el estreñimiento.
Como sobrevivir al colon irritable
Colitis mucosa, síndrome del intestino irritable o colon espástico es una enfermedad intestinal que provoca dolores abdominales y cambios en el tránsito intestinal, alternando períodos de estreñimiento con diarrea. Es indispensable que sea diagnosticado por un médico especialista que nos enseñe a convivir con la condición, cuidarnos en períodos de empuje y relajarnos en momentos de remisión.
Al estrés se le considera como una de las causas principales del síndrome del intestino irritable, por lo tanto tiene un origen psicosomático. El cerebro y el intestino están muy conectados, en general en relación de causa efecto y a modo de círculo vicioso, que por algún lado necesitamos romper.
Pasos a seguir si sospechás que tenés esta enfermedad
• Consultar a un gastroenterólogo que, tras confirmar el diagnóstico, te haga el seguimiento.
• Tener consulta nutricional para evaluar en forma personalizada. Generalmente se hace una dieta de exclusión durante 2-6 semanas hasta la desaparición de los síntomas y se reintroducen poco a poco los alimentos. Siempre evitando dietas muy restrictivas.
• Buscar apoyo sicológico.
• Eliminar el alcohol y el tabaco, dormir bien y descansar.