Agua Marina tiene actualmente 23 años y hace solo unos meses clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, permitiéndole al ciclismo paraguayo su primera participación al evento mundial. Sin embargo, no será la primera gran prueba para la ciclista, puesto que llega de competir en carreras de gran magnitud como el Ladies Tour of Norway y el Grand Prix de Plouay en Francia, entre otras importantes competiciones de Europa.
¿Cuántos años competiste en Paraguay?
Competí en Paraguay durante seis años, primero por la Universidad Autónoma de Asunción, hoy denominado Team Paraguay, y luego para el Paraguay Cycles Club, a cargo del profesor Menéndez quien fue un gran formador para mí a lo largo de cuatro años. Más tarde, por un corto tiempo -aunque muy bueno- estuve con el Team Format Paraguay.
Actualmente formás parte del Massi Tactic Woman Team de Girona en Cataluña, ¿hace cuánto estás en el equipo y cómo se dio tu llegada?
Es mi primer año con el equipo. Luego de tres años en el Centro Mundial de Ciclismo, en Suiza, sentí que era tiempo de seguir mi camino y luego de haber tenido la oportunidad de entrenar y competir en España decidí que era el lugar donde quería continuar mi carrera deportiva. Después de contactar con un par de equipos el Massi Tactic fue el que mostró mayor interés y al tener un proyecto más nuevo y ambicioso, decidí unirme a ellos.
¿Cómo es tu vida deportiva allá?
Tenemos competencias como mínimo cada dos semanas, al llegar estuve en la Setmana Ciclista Valenciana, una prueba UCI (Unión Ciclista Internacional) muy importante y luego de una pequeña pausa competiré nuevamente este fin de semana en el Torneo Euskaldun en País Vasco y en la Copa Catalana en Barcelona, pruebas regionales pero que ayudan a mantener el ritmo para las más importantes que vienen el abril.
Por el momento estoy seleccionada para correr el Tour de Flandes, una clásica World Tour de Bélgica y la verdad que tengo mucha ilusión de volver a estar en medio de un nivel tan alto y en un país donde se vive el ciclismo como en ningún otro, de modo que mi preparación está muy bien encaminada para ese y otros eventos haciendo un promedio de tres a cinco horas de bici al día, a excepción de algunos días de recuperación, y combinando con muchos ejercicios de fortalecimiento y estiramientos para prevenir lesiones.
¿Qué diferencias notás entre competir en Paraguay y competir en España?
Calidad y cantidad de corredoras. Es prácticamente imposible hacer una comparación, en Paraguay ni corriendo con el pelotón de hombres se llega a la cantidad de corredoras que toman salida en una carrera aquí, mientras que el ritmo, dependiendo del nivel de la competencia hasta puede ser más alto, así que todo fue nuevo para mí y es un desafío constante estar a la altura.
¡Te vas a Tokio! ¿Qué significa ser la primera ciclista en representar al país en unos Juegos Olímpicos?
¡Uf! un privilegio y una responsabilidad enorme. Es sin dudas un antes y un después en mi carrera.
¿Cómo estás preparándote?
Tuve que prolongar mi pretemporada para asegurarme de ganar la fuerza y resistencia que necesitaré para la temporada y luego fui a Colombia por tres semanas para probar una concentración en altura antes de empezar el periodo aquí y ver los efectos positivos o negativos que podría tener, y a la vez analizar si sería factible realizar otra antes de ir a Tokio.
Ahora estoy entrenando normalmente ya que hasta mayo tengo un calendario con el equipo y los campeonatos panamericanos para los cuales también quiero estar en forma, seguro haré un pequeño descanso en mayo y luego encararía la última parte de mi preparación que probablemente incluiría otra estancia en altura.
¿Qué expectativas tenés?
Creo que conociendo el nivel al que me enfrentaré, un objetivo realista será poder terminar la prueba con el grupo principal, solo seremos 67 ciclistas lo que hará la prueba aún más dura y selectiva, así que para mí, a mis 23 años y corriendo sola, poder estar a la altura de las mejores ciclistas del momento sería un gran logro y motivación para seguir adelante.
¿Qué se viene luego de Tokio?
Tendría que volver a España para terminar la temporada con mi equipo y si todo va bien, enfrentar mi cuarto mundial que esta vez será en Aigle-Martigny, Suiza, un lugar que tiene un significado muy especial para mí ya que es donde cumplí mi sueño de competir en Europa y donde viví durante tres años, así que quiero volver, esta vez con los colores de Paraguay, y hacer un buen papel.
¿Cómo ves el ciclismo en Paraguay?
Con la nueva dirigencia veo mucho futuro, tenemos gente ambiciosa y capaz al frente que quiere llevar al ciclismo a otro nivel y creo que en unos años veremos esa diferencia.
¿Qué se debe hacer para que más atletas tengan la oportunidad de destacarse tanto nacional como internacionalmente?
Escuelas de ciclismo, que el chico que hoy vio en la tele el Tour de Francia encuentre un lugar donde tener su primer contacto con el ciclismo, donde empezar a soñar.
¿Cuáles son tus metas deportivas?
Quiero seguir haciendo historia, poner un fin, un objetivo, creo que significa poner un límite y eso es algo que el ciclismo no tiene y lo que más me apasiona. Hace 10 años solo quería ser campeona nacional y terminé lográndolo seis veces, solo quería correr en Europa y logré estar en podios y peleando en la punta -en ocasiones- con las mejores del mundo. Así que lo que busco es seguir sorprendiéndome a mí misma de lo lejos que puedo llegar.
¿Qué fue lo que más te costó de llegar a donde estás hoy?
La soledad, ya que el ciclismo al final es un deporte individual. Los viajes me alejaron mucho de mi familia y más aún los últimos tres años, siempre fui muy independiente pero perderme cumpleaños, días de la madre, o saber que mi mamá estaba contando los meses para verme de nuevo a veces me hacía sentir muy egoísta y me pesaba aún más cuando los cosas no iban bien. Ver a madres abrazando a sus hijas antes de las carreras en Bélgica o Francia me hizo derramar lágrimas más de una vez, deseando que mi mamá también pudiera estar a mi lado. Sin embargo, sé que esos sacrificios consiguieron que actualmente ella pueda verme en la tele y los diarios llorando, pero de emoción y orgullo.