- ¿Cómo fue para que te involucres en el sector ganadero?
- Como crecí como una hija más de mi abuelo y él tenía sus animales, él me inculcó ese amor hacia ellos y ya de grande decidí estudiar veterinaria, sumado también a que siempre me gustó mucho el campo. Al comienzo, intenté trabajar en una veterinaria cuando todavía estaba estudiando, pero me di cuenta que eso no era para mí. Así que como me considero una mujer a la que le gustan los desafíos y soy corajuda, terminé optando por el campo.
Empecé trabajando con pequeños productores, haciendo inseminaciones luego de hacer el curso en la Estancia Barrerito, también asesoramientos, sanitación y posteriormente, cuando llegó la hora de preparar mi tesis, fui a hacer una pasantía a un tambo lechero en la ciudad de Valenzuela, donde terminé involucrándome más en la ganadería, ya que luego de terminar la carrera me contrataron.
- ¿Qué te llevó a inclinarte por la podología bovina?
- En el tambo, en Valenzuela, se encuentra trabajando desde hace 11 años una residente especializada en esta rama, la doctora Agustina Jara, quien es hoy en día mi mentora y de la cual aprendí mucho. En ese tiempo, la veía trabajar bastante porque en el sector lechero los problemas podales son numerosos y me llamó mucho la atención lo que ella hacía. Comencé a ayudándola y después, poco a poco ella fue facilitando los materiales para que yo misma empiece a trabajar sola. Posteriormente, con el paso del tiempo me empezó a gustar cada vez más y se convirtió en mi fuerte, por lo que al salir del tambo, decidí dedicarme de lleno a esto trabajando por mi cuenta. Actualmente, soy la única veterinaria mujer que recorre el país haciendo podología bovina.
- ¿En qué consiste tu especialidad?
- La podología bovina es una rama de la veterinaria que se enfoca específicamente en la prevención, cuidado y tratamiento de las pezuñas del ganado bovino. Aunque también se presentan patologías en el ganado ovino, pero no tanto como en el bovino. Mi función es prevenir enfermedades, así como también curarlas. Mi época de mayor carga laboral suele ser durante las expos, donde me encargo de preparar las pezuñas de los animales para que se puedan desplazar correctamente durante los juzgamientos.
- ¿Cómo es tú día a día?
- Mi día empieza a las 6:30 de la mañana, cuando hace calor, cuanto más temprano mejor. Normalmente, en los establecimientos trabajamos hasta las 11:30, luego se descansa un rato y se arranca de nuevo a las 14:00 aproximadamente, culminando la jornada alrededor de las 19:00, cuando entra el último animal, aunque a veces puede extenderse un poco más cuando hay casos de cirugía. Actualmente trabajo para diversos establecimientos ganaderos y reconocidas cabañas de todo el país. Ya son cuatro años dedicados exclusivamente a esta especialidad. Como mencioné anteriormente, me inicié con ganado de leche pero luego me llamaron para atender ganado de carne y en eso estoy enfocada en el presente. De Piribebuy, que es el lugar donde resido, me voy desplazando a los diferentes departamentos donde me necesitan.
- ¿Cómo ves el rol de la mujer en el ámbito ganadero en estos tiempos? ¿Considerás que está adquiriendo cada vez más relevancia?
- A mi particularmente me encanta trabajar en el sector, porque de verdad amo lo que hago y considero que actualmente la dificultad para la mujer ya no existe, pues depende de cada una tratar de sobresalir en su profesión. Si de verdad te gusta vas a luchar, vas a ir avanzando y rompiendo barreras que sí o sí se te van a presentar por el camino, más siendo mujer. Yo pasé por muchas cosas, obviamente no es fácil, más con este trabajo que es muy pesado, pero tampoco imposible ni complicado de sobrellevar. Para mí, hoy por hoy, la mujer está pisando fuerte en el campo, en especial aquellas que de verdad sienten pasión por lo que hacen.
- ¿Qué opina tu familia de tu profesión? ¿Contás con su apoyo?
- Vivo con mi mamá y ella me apoya en todo, al igual que mi novio, que de vez en cuando también trabaja conmigo. Están orgullosos de mi profesión. La verdad es que toda mi familia me apoya y me comprende en un 100%, recibo mucho apoyo, cariño y aliento por parte de ellos, no me puedo quejar.