El presidente de la República, Santiago Peña, en el marco del evento promulgó tres iniciativas clave para el desarrollo económico del país: el nuevo Régimen de Incentivos Fiscales para la Inversión, la actualización del Régimen de Maquila y la Política Nacional de Producción y Ensamblaje Tecnológico. Según señaló, estas normativas representan “un paso decisivo en el desarrollo económico de Paraguay”, al diversificar la matriz productiva, atraer industrias de alto valor agregado y generar miles de empleos. Peña subrayó que el objetivo es que Paraguay se convierta en un polo regional de inversiones y tecnología, integrándose aún más con Brasil y Argentina.
Por su parte, el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, destacó que “cientos de importadores brasileños están interesados en instalar industrias en Paraguay y dejar de importar de Asia”. A su criterio, las nuevas leyes colocan al país como un destino estratégico para producir y exportar en un contexto de tensiones comerciales globales.
La magnitud del evento sorprendió incluso a sus organizadores. Enrique Duarte, presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), indicó que las expectativas fueron ampliamente superadas: “Pretendíamos tener mil personas inscritas y terminamos con más de 5.000, además de 3.000 reuniones de negocios en agenda”. Duarte agregó que el interés brasileño demuestra que Paraguay está ofreciendo condiciones competitivas, lo que se traduce en empleo y en un mayor arraigo en zonas industriales como Ciudad del Este.
El viceministro de Rediex, Javier Viveros, explicó que el Paraguay Business Week surgió de la unión del Invest Forum, la Expo Paraguay-Brasil y la Expo Maquila, bajo un esquema de alianza público-privada. El resultado fue “una plataforma sin precedentes que batió récords en asistencia, cantidad de stands, charlas y rondas de negocios”. Según Viveros, además de los US$ 600 millones esperados en operaciones.
La meta a largo plazo es que, con el paquete de nuevas leyes, el PIB pueda duplicarse en los próximos 10 años, impulsado por la industrialización y la atracción de inversiones con mayor complejidad tecnológica.
Los sectores con mayor interés inicial fueron alimentos, forestal y textil, aunque se espera que el impacto se extienda a turismo, entretenimiento y servicios tecnológicos, rubros que ahora también cuentan con incentivos fiscales. Además, la reforma del régimen de maquila incorporó por primera vez a los servicios, permitiendo que empresas de software, call centers y tecnología accedan a los mismos beneficios que la industria manufacturera.
El evento también puso en evidencia los desafíos estructurales que Paraguay debe enfrentar para sostener su atractivo como destino de inversiones. Duarte mencionó la necesidad de mejorar la educación técnica, fortalecer la institucionalidad, ampliar la infraestructura y reducir la brecha en el acceso al crédito para la industria. “Si a la industria le va bien, al Paraguay le va bien”, resumió.
Más allá de las cifras, el Paraguay Business Week dejó una señal clara: el país ha logrado captar la atención de inversores regionales y globales, mostrando que puede ser un socio estratégico en cadenas de suministro que antes dependían de Asia. Con nuevos incentivos fiscales, la modernización del régimen de maquila y una política industrial enfocada en tecnología, Paraguay busca dar un salto en su proceso de desarrollo económico y consolidarse como un hub competitivo en la región.