Según la especialista, la demanda para esta última parte del año seguirá concentrada en los bienes esenciales, mientras que otros artículos de consumo o de inversión se mantendrían con poco movimiento. “Hay que tener en cuenta que el efecto rebote de la soja que tuvimos en la primera parte del año ya se disipará, es decir, el sector primario no tendrá el mismo rendimiento y por ende la economía no crecerá tanto”, detalló.
Cabe destacar que la menor participación del agro en la economía total a fin de año no significa que el rendimiento sea malo, ya que, en términos comparativos, el último trimestre del 2019 el sector obtuvo un desempeño económico demasiado alto, según Goto.
Por otra parte, la economista explicó que la desaceleración del consumo se puede explicar por la combinación entre la preferencia de la demanda hacia los bienes esenciales y la caída del empleo. “El efecto en el mercado laboral fue importante, en el segundo trimestre del año se perdieron 157.000 empleos. Esto aún no refleja todo el golpe porque existen inactivos circunstanciales que alegan no estar en búsqueda laboral pero ya perdieron ingresos” argumentó.
En lo que respecta al rubro de la construcción –también fundamental para la primera parte del año-, Goto destacó el ritmo de la ejecución de las obras públicas y la rápida reactivación de la construcción privada. “Aquí también ocurre algo similar a lo que pasará con el agro. Ya vemos una desaceleración de la inversión en esta parte del año y tiene mucho que ver con la falta de desembolso del Estado”, subrayó.
Estimaciones similares
Al igual que Ferrere CPA, el informe Macro Latam de Itaú de octubre indica que la caída del PIB en el segundo trimestre fue menor a lo esperado. La primera estimación afirmaba que la retracción fue de -7,1%, pero en realidad se cayó un 6,5% interanual.
El documento registró que la demanda interna descendió 5,2% anual y fue impulsada por una caída del consumo privado de 7,5% anual debido a la reducción del gasto en servicios como la recreación, educación y bienes no duraderos. Por el lado de la oferta, observaron que la fuerte contracción en los sectores de energía, servicios y manufactura se vio parcialmente compensada por la agricultura y la construcción.
Por último, el informe corrigió su proyección de crecimiento de este año a -2%, dejando la estimación anterior de -3,5%, pero hay riesgos como la sequía y el aumento de los casos de COVID-19, que podrían afectar nuevamente a la economía.