El trabajo coordinado entre la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) aseguró el acceso a los mercados internacionales al garantizar la sanidad animal. Y los trabajos de mejoramiento genético emprendidos por diferentes asociaciones de criadores generó productos diferenciados que se venden en el mercado interno.
Desde hace unos años la carne paraguaya es referencia de alta calidad. Hace tiempo que los focos de fiebre aftosa –especialmente en el departamento de San Pedro– no constituyen una mala noticia para el país.
El trabajo entre el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) y la Asociación Rural del Paraguay (ARP), en lo que se considera la primera Alianza Público Privada, –mucho antes de que el término se pusiera de moda bajo la administración del presidente Horacio Cartes– logró resultados positivos a nivel de sanidad animal. Los países que adquirían carne paraguaya ya no cerraban preventivamente sus mercados de forma periódica, lo que favorecía al ingreso de divisas al país. Y esto fue configurando una tendencia que se fue afianzando con el tiempo.
Pero esto no fue todo, ya que diferentes asociaciones de criadores de razas bovinas comenzaron –en especial en la última década– un trabajo de mejoramiento de los rebaños de sus socios, trayendo la mejor genética de cada raza desde los países que mejor las desarrollaron. Por ejemplo, las razas cebuinas recibieron sangre nueva desde Brasil e incluso desde India, y las razas británicas se beneficiaron con genética argentina y europea. Mientras que las razas lecheras se beneficiaron de ambas vertientes.
Pero las asociaciones de criadores no pararon ahí. El mejoramiento genético trajo consigo la mejora de las características que los consumidores buscan en la carne de calidad, lo que antes se buscaba en los productos extranjeros.
Hoy, la carne de razas índicas como la Nelore, europeas como la Angus e híbridas como la Brangus tienen su sello distintivo en las góndolas de los supermercados locales. Las distintas asociaciones, en alianza con diversos frigoríficos nacionales, contribuyen a ofrecer productos diferenciados al consumidor local. Con esto también se generan negocios que involucran a bancos, distribuidores de insumos (medicamentos, raciones y otros), mejoradores genéticos, productores, rematadores, transportadores y servicios varios.