“En diciembre de 2016 abrió el primer local de Cost Art Py, desde ahí fue creciendo en cuanto a locales, variedad de productos y tipo de clientes; no fue nada fácil pero sí muy bueno para mucha gente. La marca nació con la idea de agarrar mercado y a futuro exportar tradición nacional”, explicó Solis, y comentó que el concepto de la empresa surgió durante un viaje a Encarnación, al encontrarse con distintos tipos de artesanías a lo largo del trayecto.
La empresa dispone de cuatro tiendas donde expone una gran variedad de productos elaborados por artesanos de las principales ciudades productoras de artesanías. Se puede encontrar elementos de cuero con origen de Atyrá, Caacupé y Carapeguá; poyvi de Carapeguá; diversos hilos y tejidos hechos en telares de Misiones; obras de barro de Itá, Areguá y Tobatí; filigrana de Luque; ñanduti de Itauguá y Pirayú; crochet y tallados en madera de Tobatí y Altos; y karanday de Limpio y Chaco, entre otros.
Solis manifestó que como es característico de la artesanía, todos los productos están hechos a mano, pero algunos con ayuda de maquinarias para mejorar las técnicas y terminación del producto, y en su mayoría por artesanos de toda la vida e hijos de artesanos que viven de su elaboración y venta, quienes ponen el precio a su trabajo.
En cuanto a las ventas, la gerente mencionó que la marca tiene muy buena aceptación en todas sus variedades, no obstante, si hablamos de favoritos, los viajeros -ya sean nacionales o extranjeros- siempre buscan las prendas de ñandutí y los bolsos de cuero, mientras que los clientes residentes, sin importar su origen, prefieren las típicas hamacas, cubrecamas y todos los productos de trapo reciclado (alfombras, individuales, etc.) junto al infaltable kit para tereré y mate.
“Cada local tiene un cliente diferente, a veces son gente haciendo turismo y otras veces clientes que gustan de lo nuestro, es ahí donde difiere nuestro público, aun así, el cuero 100% en cualquiera de sus presentaciones es uno de nuestros productos más vendidos: termos forrados, cintos, bolsos, billeteras”, resaltó Solis. Los precios de la tienda van desde un llavero imán de G. 5.000 hasta un mantel de G. 1.500.000.
Actualmente Cost Art Py se ubica en cuatro lugares, dos locales en San Lorenzo, uno en Paraguarí y otro en Asunción, siendo por el momento las sucursales del Pinedo Shopping y de la Frutería Paraguarí las que exponen mejores resultados, según informó la gerente. Respecto a los meses de mayores ventas consideró que debido al tipo de producto que propone la marca, la comercialización se mantiene estable a lo largo del año, sin embargo, puede observarse cierta diferencia de noviembre a febrero por la temporada de vacaciones y el movimiento económico, así también de mayo a julio, durante el verano en el hemisferio norte.
Como consecuencia de la pandemia, la empresa tuvo que cerrar una tienda en Caacupé y dos locales en centros comerciales para abrir la actual sucursal del centro de Asunción. A futuro, la empresa tiene planes de abrir un taller donde capacitar jóvenes y posteriormente poder exportar al exterior.
“En la actualidad nos vimos obligados a postergar el proyecto de exportación porque nos toca volver a empezar aquí, un trayecto muy lento nuevamente, pero la idea es, en algún momento, tener un taller donde los jóvenes puedan aprender a hacer la artesanía que deseen y que tengan un trabajo para sostenerse, y así a la vez mantener nuestra tradición, que no se pierda, para pasar luego a enviar los productos fuera. Hoy nuestra mercadería llega al extranjero pero a través de clientes que llevan o mandan a llevar, no por iniciativa de la empresa, entonces esto es lo que queremos hacer”, declaró Solis.