“El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha bajado sus proyecciones de crecimiento de la economía mundial, primero en el mes de enero, y nuevamente lo hizo ahora en abril”, resaltó Barreto, quien participó de una charla sobre las perspectivas económicas de 2019 a 2023, organizada por la organización Desarrollo en Democracia (Dende).
Barreto afirmó que este fenómeno no es un factor aislado de ciertos países o regiones, sino que aglutina a potencias como China o Estados Unidos, que incluso están ajustando sus políticas monetarias con el objetivo de paliar la desaceleración en el consumo y suavizar las pérdidas monetarias en sus industrias.
Y como consecuencia de lo que sucede con estas potencias, las economías en crecimiento, como las de América Latina, son afectadas directamente por las medidas restrictivas impuestas, que inciden en su cadena productiva, la cual depende de los commodities y de sus precios, que suelen fluctuar bastante en estas condiciones.
Esto, instaló una estructura global V.I.C.A, que significa un panorama volátil, incierto, complejo y ambiguo, que no va a ser fácil de revertir en los próximos años, reconoció.
El economista también señaló que venimos sintiendo este cambio en el escenario mundial desde el 2014 (por la baja cotización de la soja que generó millonarias pérdidas), pero confirmó que lo que más perjudica es la situación regional, por el nivel de dependencia que tenemos con países como Brasil o Argentina.
“Por ejemplo, la situación económica de Argentina nos golpeó con fuerza desde abril-mayo de 2018, y probablemente va a continuar en dicha situación durante este año e irá hasta mediados del 2020, por lo menos”, detalló.
Solidez
“Lo que tenemos nosotros es una solidez financiera y macroeconómica por una buena gestión que hemos tenido en los últimos 15 años, lo cual nos permite tomar algunas medidas de compensación a nivel local, que nos ayuden a seguir creciendo a pesar de las dificultades existentes en la economía global. También a pesar de que Brasil y Argentina estén viviendo situaciones complejas, monetariamente hablando", complementó.
Esta buena gestión nos da un margen para aplicar medidas como incentivos de aumento en el gasto fiscal y de las inversiones públicas en los últimos 4 a 5 años. Esto nos permite invertir en infraestructura para sostener dicho crecimiento, aseguró.
“Difícilmente podamos crecer como en el periodo de 2004-2014, cuando crecimos en promedio más del 5%, pero se está trabajando en conjunto para crecer entre de 3,5% a 4,5% en los próximos años”, aseguró.
Productos
Desde su perspectiva, las principales exportaciones en los próximos 4 años, seguirán siendo de productos como la carne, la soja, la energía, de maquila, la madera. Pero el objetivo es que crezcamos en la base exportadora, para que mediante la explotación de productos distintos, que atraigan a nichos de mercado específicos, se pueda registrar un mejoramiento de la situación.
"En el tema energético, la idea es disponibilizar de la energía que nos pertenece al menor costo posible, para traspasar esto a los usuarios y a las empresas con precios competitivos, y que todo nuestro excedente lo podamos vender al mejor postor, sin importar el país destino", sobre la futura negociación del tratado de Itaipú.