Rodolfo Vouga, socio de Vouga Abogados, indicó que Paraguay posee condiciones de biodiversidad, clima favorable de negocios y seguridad jurídica que lo hacen atractivo para inversiones en sectores como el forestal, agricultura, ganadería, transición energética, energías renovables.
Agregó que ciertas actividades en esos sectores tienen la potencialidad de capturar emisiones de carbono, por ejemplo, cuando un árbol crece, captura emisiones, o también reduce emisiones con prácticas sostenibles de ganadería, cuando eso ocurre se puede certificar en créditos de carbono que pueden ser vendidos principalmente a los mercados internacionales.
“Existen muchos países y empresas que, ya sea por compromisos asumidos voluntariamente o por regulaciones u obligaciones, son potenciales compradores de créditos de carbono, que lo utilizan para cumplir con estos compromisos o para compensar sus propias emisiones”, explicó.
“Están las empresas que dicen que quieren ser neutrales en carbono para 2030 y el otro tipo de inversor es el que está obligado a reducir sus emisiones y cuando no pueden reducir debajo de un cierto umbral, lo que pueden hacer es comprar créditos de carbono para compensar”, precisó.
Añadió que un ejemplo de eso es la Unión Europea, donde hay empresas que deben cumplir regulaciones y si no pueden reducir la huella de carbono hasta cierto nivel, le dan la opción de compensar con la compra de créditos en otro país.
Vouga comentó que Paraguay al tener condiciones de cumplir con sus compromisos internacionales de reducción de emisiones, se podría convertir en una suerte de exportador de créditos de carbono.
“El mercado de los créditos de carbono está creciendo y se estima que lo seguirá haciendo porque forma parte de los compromisos internacionales que han asumido países y empresas para trabajar hacia la transición de una economía neutral en carbono y todo lo relacionado a efectos climáticos”, contó.
En efecto, señaló que el precio de los créditos va subiendo y Paraguay es uno de los países mejor posicionados en el mundo para generar créditos de carbono por sus condiciones de biodiversidad.
“Esto significa potencialmente millones y millones de dólares que pueden ser destinados a inversiones locales en varios sectores, que a la vez tiene doble impacto, porque generan un ingreso para las empresas y el Estado, y al mismo tiempo el dinero puede ser destinado a proyectos de impacto ambiental y social positivo. Entonces es una situación de ganar-ganar”, expuso.
Inversores de primera línea, bancos, compañías aéreas, de tecnología ya están proyectando aumentar sus inversiones. Lo que faltaría por puntualizar es la claridad del marco legal para esta operativa, es por ellos que existe una iniciativa en el Congreso para regular algunos aspectos de propiedad, el rol del Estado y otras cuestiones relevantes para los desarrolladores y eventuales compradores extranjeros, según Vouga.
“Si como país logramos otorgar las garantías legales y regulatorias necesarias, vamos a acelerar el proceso y las inversiones se pueden multiplicar varias veces”, remarcó.