Este es un importante avance hacia la modernización del sector ganadero, con que el país, desde el 2025, podrá garantizar la trazabilidad completa de los animales de producción dando mayor prestigio al sector pecuario nacional.
Pero, ¿de qué trata exactamente esta normativa? La Ley de Identificación Animal establecerá un sistema obligatorio para registrar e identificar a cada animal de manera individual a lo largo de su ciclo de vida utilizando dos pares de caravanas en cada bovino: el primer par, de tipo tarjeta, llevará de forma impresa y visible el número de cada animal y; el segundo par, conformado por el botón electrónico, que estará integrado por el chip con radiofrecuencia donde estará grabado el código individual único e irrepetible para cada ejemplar.
Mediante este procedimiento, Senacsa tendrá acceso a datos como información del propietario, también registro sobre el origen, el estado sanitario y movimientos geográficos de cada ejemplar, determinando tanto procedencia de cada uno, como su registro de vacunaciones, tratamientos médicos, controles sanitarios y un rastreo del mismo facilitando el monitoreo de su transporte y venta.
Según la norma, este sistema será obligatorio para productores de todos los niveles, desde pequeños ganaderos hasta grandes explotaciones agropecuarias. Según datos oficiales, en un principio se planea comenzar con la identificación de animales carimbo 5, es decir los terneros nacidos en el segundo semestre del 2024 y primer semestre del 2025 y en esa primera etapa se plantea el registro de 3 millones de terneros, para luego de tres años continuar con el sistema de trazabilidad de las industrias frigoríficas.
Con la implementación de esta ley, se busca beneficiar directamente la exportación de carne y otros productos derivados, ya que los países importadores acostumbran exigir altos estándares de trazabilidad. Además, se espera que refuerce la bioseguridad, permitiendo una respuesta más efectiva ante brotes de enfermedades.
Desde el punto de vista económico, la ley podría generar un aumento de la competitividad de la carne nacional en mercados internacionales, consolidando su reputación como proveedor confiable de productos cárnicos.