La fruta, proveniente de productores del departamento de Itapúa, fue sometida a un proceso de lavado y encerado, tal como exige la normativa fitosanitaria argentina para permitir su ingreso. Según explicó el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), Pastor Soria, esta exportación piloto se logró tras armonizar los requisitos sanitarios bilaterales y podría significar un punto de partida clave para futuras ventas a gran escala.
“Estamos hablando de una fruta muy tradicional en Paraguay, pero que nunca se había exportado como fruta fresca. Este paso responde a la política del gobierno de abrir mercados para productos que históricamente quedaron fuera del comercio internacional”, destacó Soria.
Más allá del volumen relativamente pequeño, el presidente del Senave subrayó el valor estratégico del envío. “Esto es más que una operación comercial; es una demostración de que cuando la producción es de calidad y competitiva en costos, se pueden abrir puertas. Y lo más importante: es una oportunidad concreta para la agricultura familiar”, afirmó.
La fruta, tratada en una planta equipada para cumplir con los estándares internacionales, podría abrir camino a exportaciones más ambiciosas. Si la calidad es validada por los compradores argentinos, la demanda proyectada supera las 900 toneladas. “Va como prueba, pero tengo la certeza de que saldrá bien. Nuestra fruta tiene buena calidad, y si eso se confirma, este podría ser solo el comienzo”, adelantó el titular del Senave.
Esta operación se enmarca dentro de una política más amplia de diversificación de mercados y rubros. En 2024, Paraguay ya había iniciado exportaciones inéditas de zanahoria y cebolla, y se está trabajando para próximamente introducir productos como el aguacate, mango y canola al mercado chileno, reconocido por ser uno de los más exigentes de la región. En el caso del aguacate, el Senave ya tiene registradas 70 hectáreas de cultivo en los departamentos de Cordillera, San Pedro y Paraguarí, aunque Soria estima que el proceso de habilitación para exportación a Chile podría tardar al menos un año y medio.
“El objetivo es claro: pasar de ser un país exportador de commodities a uno que también coloca productos frescos y diferenciados en mercados internacionales. Y eso solo es posible con planificación, estándares de calidad y apoyo a los pequeños productores”, subrayó el funcionario.
En el caso de la fruta fresca, Paraguay ya tiene habilitado el mercado chileno para la banana, aunque el precio ofrecido no ha sido favorable. Con Argentina, Uruguay y Brasil como mercados cercanos y de gran volumen, el gobierno trabaja para posicionar más productos frutícolas tradicionales en la región. En algunos casos, como el zapallo para Uruguay, la barrera ha sido el precio más que la sanidad vegetal, lo que revela otro desafío para la competitividad local.
Por ahora, la exportación de pomelo representa una victoria simbólica, pero con alto valor económico y social. “Estamos cumpliendo con el compromiso de apoyar a la agricultura familiar. Abrir mercados es garantizar que el pequeño productor pueda invertir, producir en cantidad y saber que va a vender. No podemos manejar el precio, pero sí asegurar la comercialización”, concluyó Soria.
Con la mira puesta en nuevos mercados y una estrategia de fortalecimiento de la sanidad vegetal y la trazabilidad, Paraguay busca consolidarse como un jugador serio en el comercio regional de frutas frescas, abriendo oportunidades que hasta hace poco eran impensables.