“Lo que hoy conocemos como derecho corporativo es en realidad una construcción integradora de varias ramas jurídicas que giran en torno a la actividad empresarial”, explicó Beconi, abogado corporativo y profesor universitario.
Para Beconi, aunque el término “corporativo” tiene una raíz más anglosajona, en nuestra tradición jurídica hispánica se lo conoce como derecho mercantil. “La academia lo ha dividido en subramas como derecho bancario, financiero, de sociedades, propiedad intelectual, competencia… todas ellas convergen en esta gran estructura que es el derecho corporativo”, señaló.
Este campo del derecho abarca desde la constitución de una empresa, su nacionalidad, la transferencia de activos, hasta la regulación de sociedades y fideicomisos. “El derecho corporativo da las herramientas necesarias para el desarrollo económico-empresarial de la actividad humana”, puntualizó el experto.
Beconi destacó que el Código Civil y Comercial unificado de Paraguay es la piedra angular de esta regulación. Inspirado en el modelo italiano de 1942, este código concentra tanto la normativa civil como la comercial, algo que no ocurre en todos los países. “A diferencia de sistemas jurídicos que aún mantienen códigos separados, el nuestro unificó ambos, permitiendo una visión integral de las relaciones contractuales y patrimoniales”, explicó.
En las últimas décadas, especialmente desde los años 90, Paraguay ha impulsado una serie de leyes esenciales como la ley de bancos, la ley de negocios fiduciarios y otras normativas financieras. “Fue una década proficua en términos legislativos, y aún hoy se trabaja en la actualización de leyes como la del mercado de capitales”, agregó.
Sin embargo, a pesar de contar con un marco jurídico estable, Beconi reconoce que la seguridad jurídica sigue siendo una preocupación para muchos inversores. “Paraguay tiene reglas claras, baja presión tributaria, estabilidad económica… pero aún dependemos mucho del proceso judicial ordinario para resolver controversias. Falta fortalecer mecanismos como el arbitraje”, afirmó.
En ese sentido, la abogada Mónica Moralez Silveira observó una evolución positiva del derecho corporativo en Paraguay, especialmente en su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos. “Uno de los principales avances fue el fortalecimiento del gobierno corporativo y la incorporación del compliance como herramienta estratégica”, destacó. También resalta la digitalización de procesos societarios, como la creación virtual de empresas a través de las EAS, lo que ha facilitado enormemente el acceso al ecosistema empresarial. “Hoy las empresas no solo buscan cumplir con la ley, sino destacarse éticamente, asumir responsabilidades ambientales y construir culturas organizacionales más humanas y sostenibles”.
“Ya no es ese profesional que aparece solo en un conflicto; hoy es parte activa del equipo, construye confianza, optimiza procesos y acompaña decisiones clave”, sostuvo Moralez.
También afirmó que el mayor desafío es responder con agilidad y visión estratégica, sin dejar de lado la formación permanente. Y concluye con un mensaje para todos aquellos jóvenes que estén estudiando derecho “El derecho se transforma constantemente. Si no seguís sus pasos, serás cada día un poco menos abogado. Y por sobre todo, amá tu profesión: que el día que tu hijo te pida consejo, puedas proponerle con orgullo que se haga abogado”.
Por el lado del Dr. Beconi, el consejo para los nuevos abogados es apostar por una formación interdisciplinaria y permanente. “El derecho corporativo no es una sola materia. Requiere conocimiento de lo civil, lo mercantil, incluso del penal económico. Es fundamental la formación continua, porque esta disciplina será cada vez más requerida, tanto por paraguayos como por extranjeros que quieren invertir y vivir en nuestro país”.