El Chaco Paraguayo, a pesar de ser una zona árida con condiciones extremas, alberga la mayor extensión de bosques nativos de Paraguay, asimismo el Bosque Atlántico del Alto Paraná, ubicado en la región Oriental, es crucial en términos de biodiversidad, incluyendo áreas protegidas como la Reserva San Rafael y el Parque Nacional Ybycuí, además de reservas bajo dominio de la Itaipú Binacional.
Igualmente, el Pantanal Paraguayo, situado en el norte del país, que comparte territorio con Brasil y Bolivia, es rico en flora autóctona, incluyendo árboles adaptados a las condiciones inundables de la zona.
“En Paraguay, las especies de árboles exclusivas poseen características distintivas que reflejan las condiciones ecológicas únicas del país con una capacidad para resistir inundaciones o adaptaciones a fuegos naturales, dureza de las maderas e interacciones ecológicas específicas. Ejemplos emblemáticos de estas especies son el Parapiptadenia rígida, adaptado a climas húmedos del bosque Atlántico; el Aspidosperma quebracho-blanco del Chaco, con madera extremadamente dura; y el Handroanthus heptaphyllus (lapacho), conocido por su floración rosada y adaptabilidad a diferentes suelos y climas”, indicó Cristina Goralewski, presidenta del Instituto Forestal Nacional (Infona).
El Infona está comprometido con la gestión sostenible de los recursos forestales para asegurar la preservación de las especies endémicas de árboles frente a diversas amenazas. Una de las principales preocupaciones es la deforestación, contra la cual utilizan herramientas como alertas tempranas de deforestación para detectar cambios de uso ilegal del suelo y actuar rápidamente en coordinación con otras instituciones. Además, la expansión de cultivos ilícitos en nuevas áreas del país se identificó como una amenaza significativa en los últimos años.
Desde el Infona también aseguraron que los incendios forestales también representan una amenaza constante, exacerbada por prácticas arraigadas y condiciones climáticas como altas temperaturas y baja humedad. Estas condiciones favorecen la propagación del fuego, aumentando la vulnerabilidad de los bosques y poniendo en riesgo a las especies endémicas y nativas.
En cuanto al impacto negativo que podría generar la pérdida de estas especies endémicas de árboles en el ecosistema y la economía de Paraguay, desde el Infona argumentaron que tendría un impacto negativo, tanto en el ecosistema como en la economía del país. Estos impactos se pueden desglosar en varias áreas clave.
El impacto en el ecosistema se vería reflejado por el cambio en los ciclos ecológicos, estabilidad del suelo, interacciones ecológicas. Por otro lado, la pérdida de estas especies afectaría la industria maderera, reduciendo los recursos disponibles y afectando los medios de vida de quienes dependen de esta industria.
Mientras que el impacto en la agricultura y ganadería, por la pérdida de especies, se evidenciaría en la degradación del suelo y el agua, que afectaría negativamente a la productividad agrícola y ganadera, incrementando los costos de producción y reduciendo la rentabilidad.
Por otro lado, varias comunidades indígenas y locales centran sus conocimientos tradicionales en las especies endémicas y su uso en medicina, alimentación y cultura. La extinción de estas especies sería también una pérdida cultural y de conocimiento, además de impactar negativamente en servicios ecosistémicos, turismo, entre otras áreas.