“Hoy día, hay mucha más accesibilidad a la información y eso hace que el consumo hacia las tendencias (de moda) crezca. La gente está optando más por la mano de obra paraguaya y, por ende, marcas nacionales y diseñadores emergentes”, expresó el joven diseñador. Para Álvarez, esta realidad positiva contrarrestaría los efectos de la pandemia causados a la industria y ante los que, de igual manera, muchos colegas pudieron reinventarse para continuar vigentes en el mercado.
El proceso de la alta costura, según Álvarez, puede variar dependiendo de la minuciosidad del diseño. “De entre uno y dos meses, y particularmente, uno de novia siempre contiene mucho más detalle, por lo tanto, se requieren aproximadamente tres meses para lograr un trabajo óptimo”, señaló.
Mientras que el número de personas involucradas en la elaboración de una prenda de alta costura va de tres a cinco, de acuerdo a Álvarez, desde el corte, pasando por la confección, la elaboración a mano de los apliques y detalles, retoques, etc.
“El costo del vestido podría variar dependiendo de la calidad de los materiales con los que uno trabaje, ya sean telas exclusivas -importadas-, tiempo y mano de obra”, manifestó sobre la inversión a realizar para un trabajo de alta costura, y agregó: “Existen tejidos exclusivos, de US$ 1.000 por metro, con los que tuve el privilegio de trabajar en mis diseños”.
Álvarez aseveró que existen puntos cruciales a tener en cuenta en el momento definitivo del resultado final. “Para poder brindar un producto final, todo tiene que estar en forma y en tiempo, el vestido tiene que verse impecable, sin ningún hilo suelto, ninguna mancha y un packaging a la altura de lo que ofrecés como profesional”, indicó.
Dificultades y realidades
Álvarez manifestó que, como diseñador de moda en Paraguay, no puede dejar de lado la empatía con sus colegas, siendo que cada profesional tiene un propio estilo y una forma de trabajo. Destacó que una realidad es que cada profesional tiene una propia visión de la estética, acorde también, a la inclinación estética de cada cliente.
Entre una de las dificultades, consideró que el trabajo a distancia en el rubro no es de lo más favorable. “Cuando trabajo a distancia, me encargo de que todos los trabajos realizados sean aprobados por mi cliente, desde los más mínimos, hasta la coordinación y la forma de entrega, y lo más importante, poder lograr el producto del boceto al resultado final”, comentó sobre su forma particular de trabajo.
Por último, Álvarez habló sobre el valor del diseñador de moda: “Para eso (ser diseñador de moda) no existe un secreto, más que estudiar, prepararse y por, sobre todo, la pasión y el amor hacia la moda. Yo creo que cada profesional conoce su trabajo, su preparación y lo que vale”.