“Esta pandemia hizo que se frenen muchas importaciones previstas, porque se generó un cambio de hábito en el consumo, y ante la incertidumbre muchas firmas reprogramaron sus compras para cuando exista mayor certeza”, manifestó Salemma.
Siguiendo esta línea, en los meses iniciales de la cuarentena, esa incertidumbre general hizo que caiga el consumo de productos no esenciales como indumentarias, calzados o fragancias, y que se tenga un disparo en las categorías como alimentos, bebidas, artículos de limpieza.
Según Salemma, con el avance de la flexibilización de la cuarentena y las normas sanitarias, esos segmentos crecieron sistemáticamente, a tal punto de registrar un promedio similar al de años anteriores.
No obstante, informó que las dificultades continúan de cierta forma, ya que industrias de países vecinos -que se encargan de proveer a nuestro mercado- se encuentran con una alta cantidad de pedidos y con su capacidad reducida de personal o de materia prima en algunos casos, no pueden cumplir inmediatamente con las solicitudes.
“En síntesis, existen algunas fábricas que están trabajando al tope de su capacidad para abastecer la demanda interna y externa, y como se encargan primero de satisfacer la demanda local, puede haber cierta escasez en productos de marcas específicas, aunque esto no quiere decir una faltante del producto en general”, señaló.
Otro inconveniente para este diciembre es que, con los niveles bajos de los ríos, demora más la llegada de los productos relacionados a las fiestas de Navidad, Año Nuevo o incluso Reyes.
Ante la consulta si diciembre puede ayudar a salvar el mal año, Salemma dijo que este mes se caracteriza por tener un 30% más de ventas que los otros meses, pero que no es una salvación para este año difícil, porque tienen que cumplir con cuestiones como el aguinaldo de los trabajadores, canastas navideñas, entre otros aspectos.
“De igual forma este mes será atípico porque el mercado está sentido por la situación financiera de los ciudadanos y esto no cambiará demasiado, aunque circule más dinero por el tema aguinaldo. Porque hay muchos ciudadanos que están sin trabajo”, subrayó.
Proyecciones para el próximo año
“Si no tenemos una segunda ola de casos vamos a tener un 2021 bastante positivo, comparando con los balances del 2020. Como el comparativo se hace con los números del año anterior, será relativamente fácil conseguir esa meta de superar los valores del 2020”, indicó.
De acuerdo a Salemma esperan que la economía se reactive plenamente a corto plazo, para que se recuperen todos los puestos de trabajo y para que el consumo retorne a sus promedios habituales en todos los segmentos.
Consultado sobre si el CIP sigue con cerca de 600 socios activos y que las empresas asociadas se encargan de generar el 38% del PIB, como se mencionaba el año pasado, Salemma declaró que las cifras son estables, por tanto, es factible que la tendencia se mantenga al cierre de este ejercicio.
Los importadores tenían un crecimiento anual de 19%, según el anterior presidente, Neri Giménez, aunque este año se manejará un balance más reservado por las importaciones canceladas y por todas las cuestiones citadas, resaltó.
Los ejes de trabajo
La formalidad será uno de los pilares de su mandato, tratando de instalar mecanismos que permitan pagar las importaciones a nivel Mercosur o regional, con la moneda local de cada firma (en reales, pesos u otras monedas). “Esto ayudará a que se compren los artículos a precios competitivos y que al colocarlos en las góndolas se asemejen a los valores del mercado informal, generando una disputa más pareja”, aseguró.
“Así cuidaremos los puestos de trabajo. Por ejemplo, la venta de los productos Nescafé cayeron un 80% en los supermercados, y lo mismo sucede con la venta de aceites, ya que la venta en la calle es inmensa”, reconoció.
Por último, consideró que se deben aplicar nuevos sistemas para agilizar los procesos para aquellas empresas interesadas en formalizarse y no dejar de generar incentivos para atraer a las mismas.