“Nuestra fragilidad en términos de desarrollo de capital humano no es nueva, sino que viene de hace tiempo. Por otro lado, la cantidad de jóvenes que ni estudia ni trabaja, es un segmento que va incrementándose cada año, lastimosamente. Entonces, si estas cifras buscan revertirse, debe existir una política activa a ser aplicada en conjunto entre el sector público y privado”, comentó el economista Hugo Royg, director de la consultora Mentu Aliados.
Según datos de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC), del total de jóvenes, el 13,6% no estudia ni trabaja, el 20,8% solo estudia, el 47,5% solo trabaja y el 18% restante, estudia y trabaja.
Esto significa que casi un 50% de los jóvenes solo trabaja y cuenta con una educación básica, lo que limita su progreso en el ámbito profesional, que es sumamente competitivo en la actualidad, de acuerdo a Royg.
“Es importante que los jóvenes puedan aprovechar las oportunidades académicas y profesionales, para desarrollarse en varios aspectos que van a determinar en su futuro. Si buscan mejorar sus capacidades con nuevos conocimientos, podrán ingresar al mercado laboral con más facilidad, e incluso podrán ubicarse en mejores puestos”, explicó.
Otro dato de la encuesta es que de los 1.112.896 jóvenes que trabajan, el 12,4 % lo hace en el sector primario (agricultura, ganadería, pesca), el 21,6% en el secundario (industrias de manufactura, construcciones) y el 63% en el terciario (finanzas, seguros, comunicaciones, etc.).
La mayor parte de estos se encuentran como empleados del sector privado (59,3%) y en otros segmentos como trabajador por cuenta propia (15,3%) o empleados domésticos (9,1%). El ingreso promedio por trabajador es de G. 1.939.758.
Royg añadió que en un momento económico complejo, el sector más vulnerable es la población adulta y con menos capacidades, por eso, ese puede ser uno de los factores de que tengamos un 10,7% de personas en la franja de desempleo abierto.
Mejorar
Para concluir, el economista afirmó que “si queremos seguir atrayendo inversiones para la instalación de empresas, o que las firmas nacionales sigan expandiéndose en producción o unidades de negocios, indefectiblemente se debe realizar ajustes en el sistema educativo, primeramente, para mejorar la calidad de la misma, y posteriormente, estructurar un sistema inclusivo, al que todos los jóvenes puedan acceder”.