“Los productores están esperando a que se den algunas lluvias para iniciar la siembra, principalmente aquellos que se dedican a la plantación de soja, que es el producto más importante que tiene el país”, manifestó Rodríguez. La red de servicio meteorológico afirmó que durante setiembre hubo déficit en las precipitaciones en comparación a lo acostumbrado durante este mes, llegando incluso a rangos muy bajos y a máximas inferiores que rondaron entre 38 y 46 milímetros en el centro y sureste del país.
“Solamente llovió el 32% de lo que tendría que llover, por lo que los productores están muy atentos a los pronósticos. Lo que recomendamos es que aguarden para no arriesgarse y obtener pérdidas. Es imposible trabajar el suelo porque hasta las maquinarias se ven afectadas por la escasa humedad, calculada más o menos en 10%”, añadió Rodríguez. Por otro lado, la ganadería también se ve perjudicada por culpa del clima, especialmente porque la disponibilidad de la pastura se limita y los productores deben recurrir a sus reservas de alimentos.
Rodríguez comparó esta situación con lo vivido en el 2011 y 2012, un periodo con gran sequía que por fortuna acabó con una racha que tuvo su punto más alto de precipitaciones el año pasado.
En lo que respecta a los incendios forestales, sostuvo que también constituyen una adversidad para las actividades agroganaderas por el mal entorno creado que impacta en el ganado y en la salud de las personas que se dedican a trabajar en áreas rurales. “En Asunción la temperatura ronda los 38 grados más o menos, necesitamos ya una precipitación para paliar el calor y que las actividades económicas puedan volver a arrancar en el sector agrícola”, complementó.
Por último, Rodríguez anunció que para los siguientes días marca lluvia en el departamento de Ñeembucú y zonas aledañas, aproximadamente para el 2 de octubre y más adelantes para el alto Chaco.