“El girasol tuvo su época dorada entre los años 2008 y 2010, cuando ya se pagaba US$ 500 la tonelada y en ese momento había muchísimas empresas que compraban el producto, entre ellas aceiteras y multinacionales. Pero con el correr de los años esto fue decreciendo poco a poco, debido, principalmente, a que la temporada de siembra de soja, que siempre fue en octubre, migró a agosto y setiembre e hizo que el girasol prácticamente no tenga espacio”, explicó en charla con InfoNegocios, Dante Servían, presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), Filial Itapúa.
Los precios se deprimieron y otros factores como los constantes ataques que sufrían las plantaciones por parte de palomas, causando mucho daño, llevaron a los productores a desistir y optar por otros rubros.
“Sin embargo, en estos últimos años, con la mejora de los precios internacionales fue resurgiendo el cultivo nuevamente. Y también hay una nueva alternativa por la cual están optando aquí en el sur, que es el girasol en invierno, los productores plantan en enero para así obtener así un girasol de segunda”, comentó el titular.
No obstante, agregó que tampoco se está sembrando de manera significativa en comparación con los años mencionados, cuando la producción alcanzó niveles récord. “Pero sí está reviviendo de nuevo, la gente está sembrando otra vez. Todo lo que es materia prima para aceites se está cultivando bien, por ejemplo, la canola, ¿Por qué? Porque los aceites a nivel mundial están caros, entonces, el productor mira los precios, evalúa el mercado y cultiva lo que cree que le va arrojar rentabilidad”, precisó.
Por su parte, Sandra Streck, comercial de granos de Oleaginosa Raatz, reconocida firma agroindustrial que acopia oleaginosas y cereales como soja, canola, girasol, tung, maíz y sorgo, y las procesa para elaboración de aceites crudos y harinas, señaló que actualmente el área destinada para el cultivo de girasol continúa siendo bastante pequeña en relación a zafras pasadas. “Se siembra en dos épocas, pero la verdad es que la superficie disminuyó, año tras año, por diferentes motivos, y uno de ellos es la dificultad de conseguir semillas, sumado a que es un rubro un poco más exigente en algunos aspectos, es decir, requiere mayor cuidado, entonces los productores lo reemplazan por otros más fáciles, por así decirlo”, manifestó.
Añadió que se observa un resurgimiento del cultivo, aunque todavía menor, no obstante a finales del año pasado la cosecha fue muy buena. “Ayudó porque fue un año bastante seco y el girasol se supo adaptar muy bien. Fue uno de los rubros con mejor rendimiento y sobre todo, con buen contenido de aceite, que se mide para determinar el precio”, resaltó.
Aunque para este año la historia no se repite, puesto que Streck recordó que lo que fue sembrado entre enero y marzo no prosperó de la misma forma. “Tuvo bastantes problemas a raíz de un exceso de agua, por lo cual no salió muy bien, entonces, veremos qué decisión toman los productores para la próxima campaña”, afirmó.
Según datos divulgados por la Unión de Gremios de la Producción (UGP), en 2021 se cultivaron 31.000 hectáreas de girasol a nivel país. En lo que respecta a la cotización, las industrias están pagando alrededor de US$ 550 por tonelada, dependiendo de la calidad de las semillas.