¿Cómo fue para que incursione en el rubro?
Provengo de una familia de ganaderos, mi bisabuelo fue el primero, luego mi abuelo, mi padre y ahora yo, de ahí viene mi amor por el campo. Desde chiquito mi papá me llevaba y cuando tenía más o menos 14 años empecé a ir regularmente y cada vez me gustaba más. A los 16 años estaba trabajando oficialmente como encargado de inseminación de un campo y, luego, cuando terminé el colegio, continué, incluso mientras cursaba la universidad y a partir de ahí ya no paré hasta hoy en día.
¿Cuáles fueron las enseñanzas o recomendaciones de su padre acerca de la actividad ganadera y las que usted le trasmitirá en un futuro a sus hijos?
La enseñanza transmitida de generación en generación fue siempre poner en alto la tradición ganadera, que fue la que forjó durante años y sigue forjando la economía del país, con esfuerzo y dedicación. Mi padre siempre me inculcó la importancia del campo como proveedor de alimentos y todo lo que representa para las personas que trabajan en él. Y después está lo más importante que es la pasión y el cariño hacia nuestro trabajo que es criar animales. Ver evolucionar y mejorar el ganado año tras años y dar empleo a miles de personas es la mejor manera de hacer patria.
¿Qué es lo que más lo motiva de la profesión?
Aparte de ser nuestro medio de vida me motiva seguir criando y viendo evolucionar a mis animales, en mi caso, de la raza Brangus. Cada año el nacimiento de un ternero y la cruza de una hembra es un desafío y una motivación a la vez, seguir avanzando en genética es gratificante. Ver como los toros de calidad que producimos y tiramos a rodeos de crías comerciales van mejorando es apasionante, así como también las competencias y los premios obtenidos que reflejan la buena labor que estamos haciendo.
¿Alguna experiencia linda que le gustaría destacar?
Sacar ejemplares campeones es una de las mayores satisfacciones que podemos tener y nuestra cabaña lo consiguió. Dos ejemplares nuestros fueron premiados como “Gran campeón y “Reservada Gran Campeona” en la última Nacional de Brangus. También me llenó de orgullo haber quedado primero en el ranking de criadores de la raza el año pasado. Fue una sensación única y una satisfacción gigante, y haberlo compartido con la familia más, en el momento de recibir ese reconocimiento estuvieron presentes mis hijos y eso me emocionó mucho.
¿Y alguna difícil?
Siempre hay circunstancias difíciles que enfrentar, casi todos los días, pero lo que más nos ha costado creo yo, ha sido el tema climático, luchar el año pasado con las inundaciones y este 2020 con la sequía ha sido duro. Así como también otros momentos que pasamos, por ejemplo, con la fiebre aftosa y ahora con los precios de la carne. Son cosas que golpean bastante pero siempre tratamos de sobrellevar y salir adelante como podemos.
Si tuviera que volver a empezar, ¿optaría nuevamente por trabajar en ganadería?
Una y mil veces volvería a ser ganadero y a criar Brangus, sin duda alguna lo elegiría de nuevo y ojalá mis hijos también lo hagan, uno como padre debe tratar de inculcarles lo que uno hace con amor pero la decisión, finalmente, la van a tomar ellos.