“Bolsi Plast nace en 1976, de la mano de un visionario Juan Carlos González Román, que con tan solo una pequeña máquina manual empezó a desarrollar bolsas de polietileno para comercios vecinos. Desde su concepción se notó el liderazgo dentro del mercado debido a las ganas de superación y crecimiento en el día a día”, relató Claudia González, gerente general del grupo conformado por Bolsi Plast, Hansa Plastic y Envaflex.
Las mencionadas, en su totalidad, se enfocan en brindar soluciones de packaging para el mercado local, con la fabricación de envases plásticos flexibles, rígidos, y de papel. “Somos los aliados más importantes de las empresas de consumo masivo y selectivo para hacer vivir al consumidor final, la propuesta de valor de la marca desde su primer contacto con ella, a través del empaque”, refirió la ejecutiva.
La primera empresa del grupo comenzó a operar en 1976, Bolsi Plast. En 1993, Hansa Plastic empezó a producir y poco tiempo después, en el año 2000, nació la tercera empresa del grupo: Envaflex. La creación de cada empresa tuvo el objetivo de producir localmente distintos tipos de packaging que, hasta ese momento, en su mayoría eran importados.
“Al inicio, el mercado paraguayo era netamente importador. Desde mediados de los 80, así como nosotros, otras industrias decidieron apostar a la innovación y montar plantas locales de producción. De esta manera, la demanda interna fue creciendo y cada vez más, las marcas paraguayas así como las internacionales, desarrollaron sus packagings en el país”, comentó.
El grupo posee una amplia unidad de negocio, que abarca el abastecimiento de packaging a industrias y empresas de lácteos, bebidas, retail, alimentos, frigoríficos, limpieza, personal care, fast food, agro y farmacia.
“Los envases para alimentos es un mercado en el cual estamos enfocados, bebidas, lácteos, frigoríficos entre otras. Debido a que prestamos servicios a gran cantidad y tipos de rubros o categorías, cada una tiene ciclos distintos de consumo, con lo cual, el año entero tiene un alto ritmo de demanda constante”, adelantó.
La firma cuenta con 250 colaboradores directos y 700 indirectos. Posee tres plantas industriales, todas ellas, ubicadas en la ciudad de Luque y tiene una capacidad de producción de 700 toneladas por mes en la actualidad, que para fin de año se ampliará a 1.000 toneladas mensuales.
“Manejamos una gran cantidad de productos por cliente, con 3.500 skus, o códigos de artículos, aproximadamente”, refirió. El 95% de la materia prima utilizada es importada, proveniente de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Alemania, Italia, Finlandia y otros, ya que Paraguay no produce los insumos requeridos por la empresa.
A futuro
En los últimos cinco años el grupo invirtió en maquinaria con tecnología europea de punta, mejorando los procesos industriales, aumentando la capacidad de producción e innovando en nuevos productos.
“En cuanto a impresión somos la única empresa en el mercado local que garantiza un control automático del 100% de la impresión, cabe destacar que en su momento fue una de las primeras de la región. Se invirtió en infraestructura creando salas de máquinas con presión positiva, limpias con control de temperatura y humedad”, afirmó González.
Asimismo, mencionó que incorporaron extrusoras europeas con control automático de espesor, rebobinadoras, cortadoras automáticas, termoformadores, troqueladoras de alta productividad. Dentro de los planes de crecimiento se encuentra como prioridad la ampliación en inversión de maquinaria y tecnología, así como también el fortalecimiento de la imagen de marca y el nivel de servicio de atención al cliente.
“Estamos enfocados con mayor énfasis en el mercado local, exportamos algunos productos y tenemos objetivos de incrementar el volumen en los próximos años. Por otro lado, planeamos fortalecer la sustentabilidad de nuestros procesos, cuidando al medio ambiente y a nuestra comunidad. Y queremos lograr la concienciación e impulsar la implementación de la economía circular dentro del país”, dijo la empresaria.
Con respecto a los obstáculos que enfrenta la actividad, González se refirió a las trabas impuestas a la exportación por algunos países miembros del Mercosur, a través de medidas paraarancelarias y políticas monetarias.
“Son los mismos desafíos que enfrentan nuestros clientes por ejemplo la lucha contra el contrabando, el vencimiento del régimen de materia prima a fin de año, la logística por la baja del río, la falta de disponibilidad y aumento de precios de la materia prima a nivel mundial”, destacó.