“La tecnología tiene que ser un aliado fundamental en el proceso educativo, precisamente para mejorar las posibilidades de aprendizaje, que es el problema más serio que tenemos”, afirmó Yan Speranza, presidente de Juntos por la Educación.
Las evaluaciones muestran que casi el 80% de los estudiantes de escuelas y colegios está en niveles de aplazo en términos de aprendizaje; es decir, no obtuvieron ni el mínimo de lo que tenían que haber aprendido. En matemáticas se aplazó el 80% y en comprensión lectora el 75%.
“Si ocho de cada 10 niños paraguayos no pueden comprender cabalmente lo que leen, no pueden hacer una evaluación crítica de una lectura, entonces estamos ante un problema muy serio para la democracia, para la economía, y para la sociedad”, agregó Speranza.
¿Por qué tenemos resultados bajísimos en el aprendizaje? Los estudios también muestran cuáles son algunas causas asociadas al bajo nivel, entre ellas el nivel de insumos para el aprendizaje, “donde entra la tecnología, que es una herramienta fabulosa que ayuda a mejorar el proceso de aprendizaje, y no la estamos utilizando en la medida en que la necesitamos”.
No obstante, tener conectividad y computadoras es importante, pero no basta si no les suma el acompañamiento, la formación y el entrenamiento de los docentes en la utilización más efectiva de estas plataformas tecnológicas. “Eso se está haciendo de manera muy limitada”, señaló Speranza.
El experto alertó que sobre el problema de la gestión de las autoridades del sector, pues en 2015 se aprobó un proyecto en el Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), para el MEC, por US$ 120 millones para tips en educación que contemplaba compra de equipos, conectividad, formación y capacitación de docentes, plataformas, data centers.
“Siete años después sigue teniendo una ejecución por debajo del 50% y hasta hace un año era del 25%. El dinero estuvo siempre, tiene un cronograma de desembolso. No se perdió pero hay una falta de capacidad de ejecución”, criticó.
Speranza añadió que el estudio mencionado también mostró que los índices negativos de aprendizaje son diferentes en los colegios privados, en los que casi el 80% de los alumnos se encuentra en los niveles más altos.
“Esa no es la sociedad que queremos, un pequeño número de privilegiados que tienen toda la posibilidad de aprendizaje. Hay que tener en cuenta de que el principal elemento de movilización social que puede combatir la desigualdad es la educación de calidad. Si no tenés eso en la educación pública vas a generar brechas”, aseveró.
El especialista recalcó que este escenario genera un grave problema real y potencial en tensión social, inestabilidad política y baja productividad. “Una persona con estas limitaciones no puede tener productividad. En el fondo el gran problema de nuestro bajo desarrollo económico es la baja productividad. La baja productividad está muy conectada al bajo desarrollo del capital humano”, manifestó.
A modo de ejemplo, Speranza recordó que los países que más avanzaron en mejorar su productividad, que son los del sudeste asiático, son los que tienen mejores rendimientos en aprendizaje. Los países latinoamericanos, entre ellos Paraguay, ocupan los últimos lugares.