“Hay mayor conciencia de que el perro no es una cosa, sino un compañero con derechos. Ahora la gente se preocupa, los perros vienen cuidados, con sus vacunas. Por fin empieza a haber responsabilidad en la tenencia de mascotas”, aseguró el propietario de Hotel Canino Alejandro Sevilla.
Un día de alojamiento en este hotel para perros cuesta G. 50.000, en temporada alta, dependiendo, claro está del tamaño y de la personalidad del can. Como la alimentación corre por cuenta del establecimiento, el precio puede variar. Por ejemplo, un gran danés come el equivalente a lo que consumen dos pastores alemanes, y en este caso la tarifa de la estadía diaria se eleva a G. 80.000.
Además, un animal agresivo puede poner en peligro la integridad física de los cuidadores, lo que también eleva el precio. O pueden causar destrozos, como el citado gran danés. En cambio, dos caniches de un mismo dueño, pueden alojarse por G 40.000 diarios, ya que no consumen tanto balanceado.
“Es como un hotel, solo que para perros. Ellos tienen caniles individuales y amplios y un parque común, que no lo comparten porque van saliendo por turno. En ciertos casos la gente nos pide que sus perros alternen con otros, y si son sociables, los juntamos con otros perros nuestros, acorde al tamaño para que salgan a jugar, a correr juntos, pero solo los hacemos por pedidos específicos. Lo normal es que salgan solos para evitar cualquier tipo de roce o pelea”, explicó Sevilla.
El propietario manifestó que para recibir a los perros exigen que tengan las vacunas al día. No es necesario presentar el documento físico ya que se puede enviar una foto del mismo por WhatsApp. Es que al haber un alto tránsito de perros la posibilidad de que haya una enfermedad latente es muy alta.
“El perro debe venir protegido por sí mismo. Es bueno también que traiga también algún método repelente, para parásitos externos, como pulgas, garrapatas, etc. No podemos exigir un documento al respecto porque no lo hay. Si el propietario dice que ayer le puso, yo le creo. Es aconsejable que un día o dos antes de traerlo se le dé al perro”, añadió.
En temporada alta (vacaciones de verano y Semana Santa), como hay un número elevado de canes, ellos tienen tres salidas de 6 a 12; y de 12 a 23 tienen cinco turnos de salida. En temporada baja salen cada hora y media o cada dos horas. A la noche permanecen adentro, en los caniles, que son amplios y cerrados.
Los animales se bañan una vez por semana y comen dos veces al día, los ejemplares adultos, ya que normalmente los cachorros lo hacen tres veces durante la jornada. En caso de que algún perro esté acostumbrado a alimentarse solo una vez al día, se opta por mantener ese ritmo para no alterar ese hábito cuando vuelvan a sus hogares.
El hotel cuenta con dos empleados permanentes, quienes viven en el lugar, a los que se les suele sumar un tercero cuando es temporada alta. El máximo número de huéspedes que albergó alguna vez el establecimiento fue de 38 perros. Otra exigencia del local es que los propietarios deben facilitar al personal el número de contacto del veterinario del animal.
¿Es un lujo dejar a la mascota en un hotel especializado? “Nada de eso” respondió Sevilla, y recordó que cuando empezó esta actividad sus clientes provenían de la clase alta, pero aclaró que en la actualidad la gente de clase media también acude a alojar a sus mascotas en el hostal, una muestra de la toma de conciencia acerca de la responsabilidad en la tenencia de mascotas.
“Aconsejamos que el propietario venga antes con el perro a conocer el lugar, este o cualquiera de los demás hoteles. El perro es una cuestión de sentimientos y de sensaciones”, sugirió finalmente Sevilla.