Cuidar la relación con tus clientes:
Más que buscar nuevos clientes, cuida la relación con tu propia cartera de clientes. La ansiedad por incrementar la base de clientes impedirá que te ocupes en tu cartera actual. Por eso, mantente en contacto permanente con ellos para escuchar sus comentarios y aclarar sus dudas.
Así, te convertirás no sólo en un proveedor de productos y servicios, sino en un asesor especializado en detectar y resolver las necesidades de tus clientes. El resultado: clientes 100% satisfechos y dispuestos a repetir la experiencia de compra vivida o recomendarte entre sus conocidos.
El Valor Agregado:
No es recomendable depender sólo de dos o tres clientes para generar el mayor volumen de ventas. Es una realidad que las principales cuentas crecen a un ritmo más acelerado que las demás.
¿Qué hacer?
En lugar de reducir la concentración de tus negocios, una buena alternativa es proveer servicios adicionales que complementen tu actividad original. Demostrar que en verdad te preocupas por la empresa y rentabilidad y que no sólo se trata de hacer negocios. Por tanto, diversifica tu oferta con el objetivo de ser el aliado estratégico que tus clientes buscan para realizar diferentes tareas. De esta manera, crearás una sólida barrera frente a tus competidores.
Personaliza a tus clientes:
El cliente ya no es un número más. Ahora el primer requisito es llamarlo por su nombre y conocerlo a fondo. Cada persona es diferente y ama el trato individual. Entonces, prepárate para ofrecer experiencias diseñadas a su medida. Examina sus hábitos de consumo, pregúntale por qué le agrada determinado producto o servicio y si está de acuerdo con el precio.
Integra esta información en una base de datos y no la pierdas de vista para brindarle un trato totalmente personalizado, cuidando los detalles al máximo y anticipándote a sus deseos.
Investiga y vencerás:
¿Alguna vez has llamado a tus clientes para preguntarles si están satisfechos con el producto o servicio que adquirieron? Llevar a cabo esta acción es fundamental antes de pasar al siguiente nivel, es decir, investigar a fondo quién es la persona o empresa que acudió a ti en búsqueda de una solución. Entérate a qué se dedica, cuáles son los recursos que necesita para mejorar su desempeño laboral y quiénes son las personas que lo rodean.
Si vendes computadoras, pregúntale a tu cliente, en primer lugar, si está a gusto con su compra; posteriormente, indaga si le interesa adquirir otro equipo, tal vez para algún familiar o un modelo especial como herramienta de trabajo.