“Este año no es buena la situación del durazno. Principalmente a raíz de que casi no tuvimos invierno, motivo por el cual las plantaciones están teniendo pocos frutos. En mi caso particular todavía no estamos cosechando nada porque aún las frutas no maduraron por completo. No obstante tenemos la esperanza de poder rescatar por lo menos un poco de fruta, pero eso sería recién dentro de 10 a 15 días”, manifestó a InfoNegocios, Ramón García, productor colmenense.
El fruticultor reiteró que la ausencia de días fríos no permitió que los frutos pudieran cuajar bien, por lo tanto no es mucho lo que esperan recolectar en los próximos días. “Tanto la ciruela como el durazno y la uva son de clima fresco, entonces, requieren de ciertas horas de frío para poder completar su ciclo de desarrollo de manera satisfactoria”, explicó.
No obstante, la fruta de algunos productores que ya arrancaron la cosecha se está comenzando a comercializar. De acuerdo con García, la misma se está vendiendo entre G. 10.000 a G. 12.000 el kilo, en el Mercado de Abasto. “Siempre cuando suele presentarse esta situación de poca oferta en el mercado, los precios suelen favorecer un poco más a los productos, esperemos que así sea”, mencionó.
Por su parte, el productor Genaro Ruíz Díaz comentó que además de la baja producción debido a la ausencia de invierno y a la sequía que se registró justo en etapa de floración, también los durazneros están siendo afectados en estos momentos por ataques de loros y cotorras.
“Sumado a que tenemos poca cantidad de frutas, pues de las tres variedades que plantamos, solo una, la Oromel, está fructificando, las cotorritas están al ataque, es decir a medida que van madurando las frutas, se las comen”, señaló.
Para el productor, que cuenta con 3/4 de hectáreas de duraznos, esta campaña no será ni remotamente similar a la anterior que se destacó por su producción abundante y de calidad sobresaliente. “Ahora yo creo que ni siquiera voy a llegar al 50% de lo que logré producir la temporada pasada. En 2022, levanté más o menos unas 400 cajas y este año estimo que será un máximo de 100 cajas, siempre y cuando las cotorras no coman toda la fruta antes”, subrayó.
En La Colmena, alrededor de 250 productores se dedican al cultivo de durazno de las variedades San Pedro (tempranera), Oromel (medianera) y también pelón. En promedio, se estarían cultivando en la localidad entre 15 a 20 hectáreas por año.