Mientras en zonas como Molas López o Santa Teresa los desarrolladores compiten por quién construye la torre más alta, en estos barrios parece que el tiempo se detuvo en construcciones bajas.
Esto no es casualidad, ni capricho de los dueños. Son las ordenanzas. En concreto, esta es la Zona AR1 del Plan Regulador de Asunción.
Hoy te explico, de manera fácil, qué significa vivir en AR1, cómo funciona su matemática y por qué protege la calidad de vida de nuestra ciudad.
El freno vertical: Solo 3 pisos
Las siglas AR1 significan Área Residencial de Baja Densidad.
En términos simples, es la forma que tiene la Municipalidad de decir: "Aquí vive gente que quiere tranquilidad, privacidad y verde. Aquí no queremos tráfico pesado ni sombras gigantes".
La regla de oro de esta zona es visible a simple vista: Altura Máxima de 3 Pisos (9 metros).
No importa si tienes un terreno gigante de una hectárea. La ordenanza protege a los vecinos garantizando que nadie pueda construir una torre de 20 pisos al lado de tu piscina. Es la protección legal de los barrios residenciales.
El freno matemático: El coeficiente 1.5
Pero la altura no es el único límite. Aquí entra el concepto técnico que vimos en el artículo anterior, el Coeficiente de Edificabilidad.
En la Zona AR1, este número es bajísimo, apenas 1.5.
¿Qué significa esto para tu compra? Que si tenés un terreno de 1.000 m2, la ley solo te permite construir 1.500 m2 de "techo" propio en total. Súper directo y sencillo.
Para que tengas una idea, en los ejes corporativos, el coeficiente puede llegar a 8 o más. El AR1 te obliga a dejar espacio libre, jardines y evitar que el terreno se sature de hormigón.
Ojo: No todo el AR1 es igual (A vs. B)
Aquí es donde muchos inversores se confunden. El AR1 se divide en dos "hermanos". AR1-A y AR1-B.
A primera vista parecen iguales, porque ambos comparten el mismo Coeficiente de Edificabilidad (1.5). Sin embargo, la diferencia está en la densidad y el Lote Mínimo.
1. El AR1-A (Las Mansiones - Sector A):
- Coeficiente: 1.5.
- La Trampa: Aunque tengas coeficiente, la densidad habitacional es muy baja. Esto significa que la municipalidad exige terrenos muy grandes (generalmente de 600 m2 o más) para permitir una sola vivienda.
- Resultado: Es casi imposible subdividir para hacer dúplex pequeños. Es la zona de las residencias unifamiliares de lujo.
2. El AR1-B (Los Dúplex y Condominios - Sector B):
- Coeficiente: 1.5 (Igual al A).
- La Oportunidad: Aquí la densidad permitida es mayor y los lotes mínimos son más pequeños (standard 360 m2).
- Resultado: Con el mismo coeficiente que el sector A, aquí sí podés "acomodar" más unidades. Es donde florecen los condominios cerrados y los Dúplex modernos.
El auge de los barrios cerrados
Si no se pueden hacer edificios altos, ¿por qué vemos tantas obras nuevas, especialmente en el Sector B?
Como no se puede crecer hacia arriba, la ciudad se densifica "suavemente" hacia los costados. La normativa permite los barrios cerrados (técnicamente conjuntos habitacionales).
Es la solución intermedia: en lugar de una sola mansión gigante difícil de mantener, se permiten varias casas tipo Townhouse en un mismo terreno, compartiendo seguridad y acceso, pero manteniendo la escala baja. Siempre máximo tres pisos.
¿Por qué esto nos importa a todos?
A veces pensamos que la ciudad moderna debe llenarse de rascacielos. Pero el urbanismo sano necesita pulmones.
La Zona AR1 cumple una función vital: preserva el suelo absorbente (el pasto que chupa el agua de lluvia), mantiene la temperatura más baja gracias a los árboles y ofrece una opción de vida para quienes no quieren vivir en un departamento en el piso 15. Finalmente, da un plus de tranquilidad a toda la ciudad.
Conclusión
La próxima vez que veas Zona AR1 o estés manejando por los barrios Madame Lynch, Santo Domingo o Mburicao te podés imaginar y saber lo que pagas.
No estás pagando solo por m2, estás pagando por garantía jurídica y optando por un estilo de vida. Estás pagando para saber que tu vista al cielo, tu privacidad y el sol de tu patio están protegidos.
En una ciudad que crece frenéticamente, el silencio y el espacio se han convertido en el verdadero lujo.