Primero que nada, es necesario recordar lo básico, se habla de “un caso sospechoso cuando la persona vino de una zona de riesgo o estuvo en contacto con alguien que viajó. Es decir, se sospecha que la persona podría tener COVID-19 si desarrolla los síntomas, si no, no. Todas entran en cuarentena, pero el que desarrolla síntomas se vuelve sospechoso a partir de ese momento”, afirmó Julio Rolón Vicioso, viceministro de Salud del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS)
Se estima que el periodo de incubación es de 14 días, pero “el 90% debuta con síntomas al séptimo día y puede contagiar dos días antes de presentarlos, lo que denominamos contagio preclínico”, añadió. Desde que empiezan los síntomas se debe esperar cinco días y “ahí se hace la prueba, antes no sirve porque la carga viral es baja y puede dar un falso negativo”, subrayó.
Durante este tiempo, la persona afectada debe permanecer en su casa, evitar contacto directo y estrecho con personas y notificar al 154. “Los síntomas leves ocurren en el 80% de los casos, pero cuando un paciente presenta dificultad respiratoria es un signo para saber si requiere o no internación, puesto que se produce un proceso inflamatorio pulmonar. En ese momento, el paciente debe ir a la urgencia, porque es cuando empieza lo que podría ser un cuadro grave o severo o simplemente una evolución tórpida”, recomendó.
El test
Hasta el momento, el personal va hasta el domicilio de la persona de quien se sospecha podría tener la enfermedad, una vez allí se toma una muestra de hisopado nasal y faríngeo, –el viceministro agregó que ahora solo toman el faríngeo– que se traslada hasta el Laboratorio Central de Salud Pública donde se efectúa el test de PCR o Reacción en Cadena de Polimerasa, que estudia la secuencia del ARN del virus. “Cabe resaltar que la prueba es gratuita”, enfatizó el viceministro.
Esta prueba –avalada por la Organización Mundial de la Salud– se realiza en todos los virus y “los bioquímicos que trabajan en el sistema están habituados a ella, lo que sí marca la diferencia es el nivel de protección, como aún es un virus nuevo. Para que un laboratorio pueda realizar el test debe tener un nivel de bioseguridad BSL 3”, aclaró.
Para entender mejor, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) establece cuatro niveles de bioseguridad y el BSL 3 implica la capacidad realizar trabajos con agentes exóticos o que pueden causar un daño serio y potencialmente mortal como resultado de la inhalación o exposición a los mismos. Por lo que demanda la utilización de equipos especiales para resguardar la seguridad de los trabajadores.
Por este motivo, a pesar de que el MSPyBS habilitó al sector privado para tomar muestras y realizar la prueba, “no todos tienen la capacidad y estructura de bioseguridad laboratorial nivel BSL 2 y BSL 3, además deben disponer una máquina –que sí posee el Laboratorio Central– que desactiva el virus”, indicó.
Y para no entrar en temas muy técnicos, desactivar el virus en términos simples se refiere a matarlo, para lo cual es necesario una máquina especial (cabina de bioseguridad) y cuyo valor es de alrededor de “G. 80 millones”, agregó.
El resultado está listo en 24 horas y su valor predictivo es de casi 100%, según Rolón. Una vez que la persona ya no presente síntomas, “entre siete a 10 días después sigue teniendo el virus, es decir seguirá siendo detectable en el cuerpo, por lo que puede contagiar durante casi tres semanas. Por eso, para dar de alta se debe volver a realizar una prueba de PCR, la cual debe salir negativa y se repite tras 48 horas”, explicó.
¿Qué pasa con los test rápidos?
“En el mercado actualmente existen otros test rápidos, que con el mismo procedimiento del hisopado se determina si existen anticuerpos contra el virus. Se puede suponer que los anticuerpos son contra ese virus, pero tampoco tenés la certeza, por eso no se recomienda hasta el momento hacer otros test que no sean el de la Reacción en Cadena de Polimerasa. Además, con el test rápido se encontró que en algunos casos no coincidía con la prueba de PCR”, advirtió.
Capacidad del Laboratorio Central
Según Rolón, el Laboratorio Central tiene capacidad para procesar 50 muestras diarias, y sumarán recursos humanos para que funcione 24/7, con lo que triplicarían su capacidad para realizar 150 muestras por día.
“Por el momento estamos recibiendo todas las muestras, pero vamos a empezar el proceso de descentralizar, tanto la toma de muestras como el análisis y, en aproximadamente 10 a 15 días, vamos a tener dos o tres laboratorios más del Estado en donde se puedan procesar”, concluyó.