De acuerdo con el análisis, la primera pista de su nueva era comenzó con un gesto aparentemente simple: la cantante compartió la partitura de una pieza titulada Berghain. En cuestión de minutos, TikTok se llenó de músicos interpretando la melodía, mientras Instagram registraba casi 400 posteos con el hashtag del tema, generando un efecto viral inmediato.
La campaña combinó lo digital con lo físico. Entre Madrid y Nueva York, grafitis y carteles aparecieron en la Plaza Callao y en la icónica pantalla de Times Square, despertando la curiosidad del público y los medios. El 20 de octubre, Rosalía apareció en la Gran Vía vestida de blanco, corrió hacia un hotel y desapareció, generando clips que superaron los 12 millones de visualizaciones en menos de 24 horas. Medios internacionales catalogaron la acción como una de las campañas musicales más creativas del año.
Ese mismo día, en la Plaza Callao, se proyectó oficialmente el título de su nuevo álbum, LUX, y su fecha de lanzamiento: 7 de noviembre de 2025. La promoción integrada combinó activaciones digitales, físicas y experiencias únicas: feed de Instagram lleno de símbolos visuales y referencias estéticas, ediciones físicas del álbum con temas extra exclusivos y listening parties en múltiples ciudades, donde los asistentes no podían usar celulares ni cámaras.
El lead single Berghain, debut del álbum, cuenta con colaboraciones de Björk y Yves Tumor y fue grabado con la London Symphony Orchestra. La canción alcanzó casi 4 millones de visualizaciones en YouTube en sus primeras horas, consolidando un éxito global.
Esta campaña funciona porque mezcla misterio, narrativa y participación: cada publicación es una pista, cada activación offline y online está cuidadosamente diseñada, y el producto se percibe como premium. Los fans se convierten en comunidad activa, interpretando pistas al estilo de los Easter eggs de Taylor Swift, demostrando cómo el marketing POP puede transformar un lanzamiento musical en un fenómeno global.