Argentina arrastra una crisis económica agravada por otros factores exógenos, lo cual los llevó a condicionar el libre comercio, influyendo recientemente en el mercado cambiario, para evitar el ingreso masivo de dólares, sumado a la devaluación de su moneda.
Entre los antecedentes se encuentra la restricción a las exportaciones de carne, que golpea al sector productor e industrial, debido a la prioridad del abastecimiento local. Si bien, algunas medidas son temporales, afectan a la libertad económica, puesto que el Gobierno interviene en los ejercicios de empresas privadas.
Por el momento, el sector más afectado es el de envíos de banana, pero considerando los antecedentes y la actual incertidumbre, no se descarta que afecte a otros rubros, como el textil. Al ser un país limítrofe y socio comercial de Paraguay, la afectación se puede dar tanto en la exportación como en la importación, aunque en este último caso, también se fortalecerá el contrabando.
César Ros, vicepresidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores (Capex), manifestó que los productos más perjudicados serán los del rubro frutihortícola y por ende las empresas que los exportan.
“Los rubros frutihortícolas tienen mercados en Argentina, también el sector textil, que en gran medida diversificó sus exportaciones; pero igual hay un gran volumen de productos exportados a la Argentina. Es tan volátil la situación en ese país que esperamos que esto se revierta en el corto plazo”, comentó.
Consideró que Paraguay tiene una visión más libre de la ejecución económica, sin intervención estatal en el desarrollo privado. “Hay países donde de acuerdo al color o signo político del Gobierno de turno se toman medidas de esta naturaleza, y eso hace que no pueda sostenerse ningún sistema económico”, dijo.
Recordó que una de las condiciones primordiales para atraer inversiones extranjeras directas es la estabilidad económica y, sobre todo, de las políticas públicas, lo que justificó el desembarco de varias industrias argentinas sojeras en Paraguay en 2013.
“Nuestro país ha venido haciendo bien las tareas. Esperamos continuar en ese contexto de incentivos a la inversión extranjera directa. Otros países han venido cambiando radicalmente sus políticas económicas y eso hace que el capital extranjero que debería ir a Argentina, tenga temores de hacerlo”, ilustró.
Lamentó que un país inmensamente rico, con gran capacidad productiva, que en los años 40 fue considerado el granero del mundo, haya decaído a su situación actual. También indicó que la restricción a la circulación de dólares impactará en el rubro de autopartes y en insumos y bienes de consumo.
Remarcó que hay retenciones a las exportaciones, un impuesto oculto, que genera que el productor argentino reciba una fracción de lo que recibe el paraguayo por su soja. “Un país famoso en el mundo por la calidad de su carne y volumen, está prácticamente destruido por políticas públicas erradas”, reiteró.
Con relación a los envíos de soja para el proceso industrial, resaltó que es una transacción que se hace entre multinacionales. Ejemplificó que Cargill Paraguay le exporta a Cargill Rosario. “Son otros orígenes de pago que pueden salvar la situación cambiaria. Pero a la larga es impredecible saber si estos agronegocios se verán afectados”, señaló.
Según el último reporte de Comercio Exterior, divulgado por el Banco Central del Paraguay (BCP), a junio de este año, Argentina ocupa el segundo lugar de las exportaciones de origen paraguayo, con una participación del 24,8% de las exportaciones registradas, por un valor de US$ 1.223,9 millones, un 15,3% menos que el año anterior.
Entre los principales productos con incrementos se destacan los hilos y cables (autopartes), en tanto que entre los que presentaron reducciones se encuentran los granos de soja y la energía eléctrica.