“Las empresas paraguayas tienen la capacidad instalada necesaria para ensamblar buses eléctricos ahora mismo”, aseguró Jorge Samaniego, director de Reimpex y presidente de la Cámara Industrial Paraguaya de Motocicletas y Automotores (Cipama), quien agregó que el objetivo a largo plazo es cubrir la demanda regional, principalmente la del Brasil, que hoy se encuentra subabastecido en este tipo de rodados.
La posibilidad de desarrollar en el país una industria de montaje de autobuses movidos a electricidad surgió tras una reunión propiciada por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) entre autoridades de esa secretaría de Estado, la embajada de Taiwán y representantes de 14 compañías paraguayas con experiencia en carrozar o montar vehículos y que están en condiciones de ensamblar los vehículos de referencia.
En principio Taiwán había ofrecido donar 10 autobuses eléctricos al Gobierno paraguayo, pero una contrapropuesta del MIC, aceptada por la embajada oriental, abrió el camino para que empresas locales se encarguen del ensamblaje de los componentes que serán suministrados por fábricas del país asiático. Las unidades quedarían en poder del sector público, que las entregaría en concesión a las empresas de transporte.
La idea es conformar posteriormente una asociación, joint venture, entre compañías de ambos países como medio de atracción de inversiones y transferencia de tecnología. Taiwán es la segunda mayor fabricante de e-buses, detrás de China. Las compañías isleñas destacadas en la producción de vehículos eléctricos son RAC, Master, Tron-E y TAV.
Samaniego resaltó que en el área metropolitana de Asunción circulan 1.500 colectivos, de los cuales menos de 800 han sido renovados en los últimos ocho años, y se podría encarar una sustitución gradual hasta llegar a 1.000 unidades eléctricas. En cuanto al mercado exterior, las empresas carroceras brasileñas no dan abasto a la demanda del país, que posee 389.000 buses en circulación (cifras de 2020); y Argentina tiene 110.000.
"Es factible este proyecto. Sería sumamente interesante un acompañamiento financiero para implementar este emprendimiento, porque será muy beneficioso para el país. Taiwán podría ayudar con créditos a largo plazo a bajo interés”, afirmó Lorenzo Bareiro, de la Compañía Imperial del Paraguay SRL, para la marca Marcopolo.
Por su parte, Bernardo Barboza, de Fibrac, destacó que “tenemos experiencia en la construcción de estos modelos de carrocerías, que nuestra empresa fabrica desde hace varios años; y queremos que se haga realidad esta iniciativa".
Samaniego recalcó que en lugar de subvencionar el combustible del transporte público, el Estado podría conseguir financiación de Taiwán a largo plazo para comprar los buses montados en el país y entregarlos bajo la modalidad de leasing a las transportistas.
“Se tendría un ahorro en combustibles fósiles, en una relación de 15 a 1, sustituyendo los ómnibus actuales por los eléctricos que son libres de polución sonora y de gases; y el público tendría un transporte urbano de Primer Mundo”, remarcó Samaniego.