Para Dayana Urunaga, el concepto de limpieza dejó de ser sinónimo únicamente de espacios libres de polvo o suciedad, “ya no se trata solamente de limpiar un espacio, sino de generar condiciones de salud, seguridad y bienestar. La limpieza hoy es un servicio que debe acompañar los valores de una empresa, su cultura y su imagen hacia afuera”, afirmó.
Esta visión se refleja también en los grandes eventos que marcaron el calendario paraguayo, como el Mundial de Rally en Encarnación, donde Dandres SA asumió la responsabilidad de mantener impecables los espacios que representaban al país frente al mundo. “Fue un desafío enorme y emocionante. No solo estábamos limpiando, sino mostrando la cara del Paraguay. La empresa desplegó a más de 50 colaboradores en diferentes turnos y locaciones, con un esquema de trabajo que incluyó capacitaciones previas, protocolos de cuidado, hidratación y alimentación adecuada para su personal”, señaló Urunaga.
“La gente se sintió valorada y contenida, y eso se notó en el servicio. Cuando el trabajador está bien, el resultado también lo está. Eso es lo que diferencia a una empresa formal y profesionalizada de una que solo ofrece limpieza básica”, enfatizó.
Por su parte, Fernando Díaz de Bedoya destacó que el crecimiento más notorio del sector se dio después de la pandemia, cuando la sociedad comprendió la importancia de la limpieza y la desinfección como parte de la salud pública y empresarial. “Antes la competencia era fuerte, pero muy informal. Hoy, el mercado ya no busca solo cubrir una necesidad, busca calidad, cumplimiento y confianza”, dijo Fernando.
Uno de los segmentos que más se expandió fue la limpieza de terminación de obra, que se volvió indispensable en el rubro de la construcción. “Podés gastar millones en materiales de primera, pero si la obra no se entrega con un servicio de limpieza profesional, esos detalles no lucen. La limpieza de calidad es parte del producto final”, aseguró Díaz de Bedoya.
A esto se suman otros servicios en expansión, como la limpieza en oficinas, hogares, cocinas industriales, tapizados, vidrios y trabajos en altura, todos con requerimientos técnicos, maquinaria específica y personal capacitado. El gerente de 360 Servicios y Clean Pro agregó que, en este escenario, el cumplimiento legal y la formalización laboral ya no son opcionales. “Hoy es obligatorio que el personal cuente con seguro social, incluso en hogares particulares. Eso obliga a muchos a tercerizar con empresas formales. La gente busca confianza y respaldo legal”.
En cuanto al crecimiento del sector Díaz de Bedoya estimó que “venimos con un incremento del 15% a 20% anualmente. Además, ya tenemos un cronograma anual de eventos que cuentan con nosotros, y cada año se suman más empresas”.
Ambos líderes resaltan que el servicio de limpieza tiene un componente humano insustituible. “Es un trabajo delicado, porque implica confianza y contacto directo con la cultura del cliente. En eventos, por ejemplo, se requieren habilidades adicionales: trato con el público, adaptación a horarios nocturnos, interacción con organizadores. Eso les da a nuestros colaboradores un ingreso extra y también motivación para crecer”, puntualizó Díaz de Bedoya.
Urunaga coincidió en que el secreto está en valorar al personal y ofrecer condiciones laborales dignas. “El plus diferenciador está en que la gente se sienta parte de algo más grande, que sepa que su trabajo es importante. Cuando logramos eso, el servicio se profesionaliza y gana en calidad”.