Esta firma es una empresa familiar que opera desde 1978 en Fernando de la Mora, “pero desde el 64 estaba mi padre en el barrio Recoleta de Asunción. En el 87 se dividió la empresa en tres partes. Yo soy propietario de la fundición, mi hermano está con la parte del mecanizado, y mi hermana en otro tipo de mecanizado con engranajes”, dijo Ferdinand Willms, director y propietario de Wilko.
La empresa metalúrgica funde varios tipos de materiales, tales como aluminio, bronce, hierro fundido, aceros fundidos, aceros aleados, inoxidables y de acuerdo a su conversión química. Cuenta con su propio laboratorio de conversión química y de resistencia a la dureza. Luego de este proceso fabrican múltiples piezas, según la demanda de los clientes.
Para la fundición de hierro, por ejemplo, utilizan la energía del carbón, además del combustible como aceite y fuel oil −derivado del petróleo− para piezas de menor cantidad. Mientras que para el hierro inoxidable emplean un horno a inducción cuya capacidad por pieza es de 1.000 kilos.
“No fabricamos piezas en serie, más bien somos repositores de repuestos de fábrica, de barcos, para minería, para la trituración de clínker que se utiliza para hacer cemento, por ejemplo”, explicó.
Y por el momento uno de sus productos estrella es el supresor de rayos, que impide la caída de rayos a 200 metros a la redonda. Se lo puede encontrar en las cuatro columnas de la Nueva Olla, y también ya los han adquirido Petropar y Copetrol.
La industria se surte de materia prima local a partir de la recolección de los recicladores, que luego es clasificada y analizada químicamente. La materia prima, o chatarra, es clasificada y analizada químicamente. Mensualmente procesan alrededor de 35.000 kilos de metales fundidos de varios tipos, lo que se traduce en ganancias de entre G. 300 o 400 millones.
Proyección e inquietudes
Wilko trabaja regularmente con 54 empleados y la última inversión importante se destinó a un secadero de arena. “Cada tipo de pieza tiene un molde que se hace de arena. Ahora estamos invirtiendo en eso y fabricando una máquina con nuestros propios empleados”, agregó.
Por otro lado, entre las principales inquietudes del sector, Willms afirmó que existen muchos repuestos importados que bien pueden fabricarse localmente, además lamentó la informalidad, puesto que cuentan con un gran número de clientes morosos. Para resolver esto, el directivo apeló a la intervención del Gobierno, mediante leyes que favorezcan el sistema de cobro o el sistema de contratación entre particulares.