El técnico constructor Liber Trindade, especialista en sistemas constructivos no tradicionales, afirmó que la construcción en seco se posiciona como una de las tendencias más fuertes en la región y empieza a consolidarse en Paraguay como una alternativa eficiente frente a la construcción tradicional basada en ladrillo y morteros. Según explicó, este sistema utiliza materiales industrializados (como perfilería metálica y placas de yeso) que permiten reducir tiempos de obra, disminuir el peso estructural y eliminar procesos húmedos que retrasan la ejecución. “La gente ya entiende que la construcción en seco ofrece velocidad y calidad”, aseguró desde Uruguay.
Trindade señaló que el crecimiento más visible ocurre en la construcción en altura, especialmente en Asunción y áreas urbanas donde la velocidad de ejecución resulta clave para desarrolladores inmobiliarios. Remarcó que el bajo peso de los materiales permite optimizar estructuras y reducir costos indirectos, lo que impulsó la adopción del sistema en edificios y obras de gran escala. “Eso dinamizó notoriamente el mercado”, expresó.
El especialista comparó el escenario paraguayo con referencias regionales como Uruguay, Argentina y Chile, donde los sistemas en seco ya conquistaron un segmento importante del mercado y superaron barreras culturales. En Paraguay, observó una curva de avance gradual y destacó el rol del consumidor viajero que conoce modelos usados en países como Estados Unidos, donde predominan estructuras en madera y paneles industrializados. “No se trata de destronar al ladrillo; se trata de entender que la prioridad es resolver la necesidad de viviendas”, afirmó.
Trindade resaltó ejemplos concretos que demuestran la eficiencia del método: en Uruguay llegó a montar una vivienda de 75 metros cuadrados en apenas 22 horas, junto con un equipo compuesto por 13 jefas de hogar en capacitación. “En cuatro días levantamos una casa. Por más que quiera defender el ladrillo, jamás voy a lograr esa efectividad”, remarcó.
Sin embargo, advirtió sobre obstáculos comerciales que frenan la expansión del sistema en Paraguay, especialmente en la transparencia y disponibilidad de precios. Contó que debió solicitar cotizaciones más de diez veces para obtener valores concretos y detectó diferencias superiores al 50% entre proveedores del mismo material. “El mercado necesita certezas. Cuando la información no fluye, se paralizan decisiones y se daña el crecimiento”, subrayó, e invitó a una mayor apertura y competencia real.
En cuanto al impacto ambiental, Trindade destacó que el clima extremo del Paraguay exige sistemas constructivos con alto rendimiento térmico, capaces de reducir el consumo energético y mejorar la calidad de vida. Subrayó la importancia de innovaciones como los paneles de poliisocianurato (PIR) de Kingspan instalados en Itá, que ofrecen mayor resistencia al fuego y eficiencia térmica. Además, afirmó que la región avanza hacia la construcción sostenible y que Paraguay deberá acompañar ese proceso mediante certificaciones más ágiles e incentivos gubernamentales.
Sobre la aceptación del público, el especialista aseguró que el interés crece de forma acelerada y se refleja en la formación técnica: los cursos que dicta desde Uruguay para América Latina completan cupos en pocos días. “El mercado está ávido y lo está aceptando. La gente quiere aprender y busca oportunidades reales”, afirmó.
Respecto a las proyecciones para los próximos tres a cinco años, Trindade consideró que la participación de la construcción en seco todavía resulta marginal, pero anticipó un crecimiento fuerte impulsado por inversiones y nuevas tecnologías. “Lo importante no es cuántos metros construimos hoy, sino que la tendencia ya está en marcha y no se detiene”, señaló. Y concluyó con una invitación al debate técnico: “Cuando alguien dice que no, no tiene cómo sustentarlo. El objetivo tiene que ser que la población viva mejor. Si algún sistema queda en el camino será porque no se actualizó”.