Consciente de este desafío global, Apple lanzó una función en los AirPods Pro 2 que permite a los usuarios con dificultades auditivas utilizar sus auriculares como audífonos, lo que podría marcar un antes y un después en el tratamiento y la gestión de la salud auditiva.
Esta función de ayuda auditiva, que se configura a través de un iPhone o iPad, permite amplificar los sonidos del entorno, facilitando la comunicación en situaciones cotidianas como conversaciones en ambientes ruidosos. Además, Apple ha integrado una serie de pruebas de audición que ayudan a los usuarios a determinar si padecen de pérdida auditiva y ajustar la amplificación de los AirPods de acuerdo a sus necesidades.
La introducción de la función de audífono en los AirPods es un paso hacia la normalización del uso de dispositivos auditivos, que históricamente han sido vistos como un símbolo de envejecimiento o discapacidad. Esto podría alentar a más personas a buscar tratamiento para su pérdida auditiva antes de que se convierta en un problema serio.
Si bien la opción de los AirPods Pro 2 es una innovación valiosa, la tecnología no se detiene ahí. Los teléfonos inteligentes, como el iPhone, también ofrecen herramientas útiles para mejorar la salud auditiva. Por ejemplo, la función Live Listen convierte el iPhone en un micrófono amplificador, permitiendo a los usuarios escuchar con mayor claridad las voces de sus interlocutores, incluso en entornos ruidosos como restaurantes o reuniones.
"La tecnología móvil ha sido un cambio de paradigma en la salud auditiva, ya que facilita el acceso a soluciones para muchas personas que de otro modo no podrían permitirse dispositivos especializados", explicó a Euronews Catherine Palmer, experta en audiología de la Universidad de Pittsburgh.
Además, existen diversas aplicaciones que ayudan a las personas con pérdida auditiva, desde alertas vibrantes para alarmas hasta funciones de amplificación de sonido. Estas opciones tecnológicas hacen que el cuidado auditivo sea más accesible y asequible para una mayor parte de la población, lo que es fundamental en un contexto donde los costos de los audífonos tradicionales siguen siendo una barrera para muchas personas.
La pérdida auditiva no solo afecta la capacidad de una persona para oír, sino que está vinculada a efectos negativos sobre la salud física y mental. Los estudios han demostrado que las personas con dificultades auditivas no tratadas tienen un mayor riesgo de experimentar aislamiento social, lo que puede desencadenar en depresión y ansiedad. Además, se ha comprobado que la pérdida de audición está asociada con el deterioro cognitivo y un mayor riesgo de desarrollar demencia en la vejez.
A medida que la tecnología continúa avanzando, la combinación de dispositivos de uso cotidiano como los smartphones y los AirPods podría revolucionar el cuidado de la salud auditiva, haciendo que más personas busquen soluciones tempranas y mantengan su bienestar a lo largo del tiempo.