El último registro del organismo multilateral estima que Paraguay tuvo incrementos en la inversión pública desde 2013 en relación al PIB y en valores, aunque en 2015 haya caído momentáneamente el uso del dinero público. El gobierno central es el principal inversor, cubriendo el 78,31% del total, seguido por las entidades públicas que representan el 10,45%, los gobiernos locales con el 7,33% y los regionales con 3,91%.
La principal finalidad de las inversiones es la construcción de viviendas (45,29% del total), protección social (13,5%), salud (8,99%), educación (7,96%) y seguridad (6,44%). “Nuestros ingresos tributarios son reducidos, posiblemente el menor de la región, por ende, nos cuesta expandir el gasto público. Sin considerar si el gasto es malo o no, es muy poco lo que invierte y muchos de los recursos son destinados a educación y salud”, comentó el economista Julio Ramírez, del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).
Mientras que, en promedio, en Latinoamérica el 29,56% de la inversión total se destina a transporte, el 18,4% a vivienda, 9,06% a educación y 7,39% a salud.
El economista añadió que si bien la mayor parte del presupuesto corresponde a salarios, muchos de estos son inversiones sociales, como por ejemplo el pago a docentes, los cuales representan el 70% de los gastos por salarios. Ramírez afirmó que la problemática sobre el gasto público se debe centrar en los resultados, antes que cuestionar si los gastos salariales son altos o bajos, porque en realidad lo que no deja satisfecha a la mayoría de la población es que las acciones del Gobierno no llegan a la gente.
“Los ingresos totales del Estado son pequeños, tenemos la menor presión tributaria de la región, entonces gastamos solo en las necesidades básicas más urgentes”, apuntó. Entretanto, Ramírez hizo la salvedad de que desde el 2020 tendría que regir un control presupuestario por resultados, lo que anteriormente no se realizaba y solo se contrastaban los recursos con los gastos.
Por otra parte, el economista celebró que desde hace un tiempo ya se trabaja para establecer una metodología que tenga en cuenta indicadores de resultados porque de esa manera se podría saber cuál es el impacto que crea un programa público de salud o de capacitación. “Implementar un sistema de control por resultados es complicado, una de las principales barreras es que la carta orgánica de algunas instituciones están desactualizadas y desconectadas del presupuesto”, complementó.
Presupuesto plurianual
Una recomendación que dio Ramírez es que Paraguay abandone los presupuestos anuales y adopte el modelo plurianual (dos o tres años), para que el Gobierno pueda entender mejor las fortalezas y debilidades de los programas vigentes.