- ¿Cómo ve el escenario actual de la economía paraguaya, influye mucho la política exterior en el efecto de la inflación?
- El escenario que teníamos a finales del año pasado, de un crecimiento importante, cambió drásticamente con la sequía y la caída de la producción agrícola. La perspectiva es una caída del producto interno bruto del orden de menos 1 a menos 1,5%.
A la sequía se le sumó el conflicto bélico y la guerra económica que impacta básicamente en la logística y comercio internacional; con un fuerte impacto el incremento de precios, debido al aumento del combustible.
La caída económica, inflación alta (la más alta de este siglo), deuda externa al límite y déficit fiscal elevado forman parte del escenario actual que se ve agravado por las internas y el proceso eleccionario en el que abundan iniciativas de tinte populista y, sobre todo, aumento de gastos corrientes.
- ¿Cómo observa el desarrollo de políticas públicas para paliar los efectos de la inflación?
- La herramienta del Banco Central del Paraguay para controlar la inflación es la política monetaria a través del aumento de tasas de interés.
En la actualidad la inflación tiene dos orígenes, uno es la coyuntura de aumento de los combustibles y otro, de más largo plazo, tiene que ver con el nivel de déficit fiscal o el aumento de gastos corrientes sin contrapartida de ingresos, que al ritmo que vamos puede derivar en un escenario de inestabilidad macroeconómica que a todas luces será catastrófica.
- ¿El subsidio al combustible es correcto o se necesitaría ver otras alternativas para subsanar el problema?
- Mi posición personal es evitar los subsidios y si tuvieran razón de ser, que sean directos, medibles, trazables y limitados en el tiempo.
Por lo tanto, no estoy de acuerdo con el sistema planteado en el caso de los combustibles. Creo que a mediano plazo se deben explorar otras medidas.
- ¿Se puede considerar el incremento de salario mínimo en la actualidad, teniendo en cuenta que el poder adquisitivo está variando?
- El salario mínimo tiene su régimen legal que debemos respetar. El aumento debe ser muy prudente dado que cuando los factores se desequilibran, el ajuste se da por el lado del empleo formal y una medida que pretende mejorar las condiciones laborales termina perjudicando. Aplicar la ley y prudencia es la consigna con relación al salario mínimo.
- A su criterio, ¿cómo continuará el 2022?
- El 2022 será difícil, el desafío es contener la voracidad de la política y prepararnos para grandes cambios que serán necesarios encarar en el próximo periodo de gobierno.
Debemos enfocarnos en aquello que podemos controlar, mejorar como país, dado que los factores externos no podemos cambiarlos.
- ¿Cómo le va al sector bancario en este proceso de recuperación?
- Los clientes del sector bancario en general soportan el efecto acumulado de la pandemia, la sequía y el conflicto bélico. Nuestro desafío es acompañar a los clientes y ayudarles a recuperarse de estos impactos. Enero y febrero fueron meses de bajo movimiento en temas crediticios, marzo empezó a mostrar más dinamismo.