Otra de las conclusiones que el informe indicó fue que algunos sectores, además de los trabajadores, pierden con el libre comercio y por ende, tienen incentivos para bloquear reformas de comercio, por lo que es necesario implementar políticas comerciales que incluyan el análisis profundo de las consecuencias negativas del libre comercio.
Para el economista Guillermo Cabral, la reducción de aranceles y el crecimiento del comercio tienen que ver con un concepto muy antiguo de la economía, relacionado con la división del trabajo, que estipula que un país, al abrir más la economía, se puede especializar en lo que hace mejor y con eso se crece más.
Asimismo, Cabral señaló que el hecho de que la región haya crecido efectivamente, no significa que le haya ido bien a todos. Sobre la afirmación del BID mencionó que es certero que los menos beneficiados intenten bloquear reformas. “Un país que produce automóviles, un bien con alto costo, empieza a liberalizar su economía y de esa manera las personas optarían por importar los autos. De esa manera la industria automotriz sale perdiendo”, acotó.
Entretanto, el economista manifestó que la dicotomía entre libre mercado y proteccionismo no solamente pasa en los países en desarrollo, al contrario, hasta países como EEUU tienen problemas similares. “En EEUU se quejan de que China le saca y Trump los cataloga como los malos. Pero la realidad es que no es fácil que una persona que trabajó toda su vida en un sector tenga que pasarse a otra industria”, añadió Cabral.
Para el economista, existen mecanismos para evitar los daños que pueden causar el comercio y la automatización, algunos de ellos son los entrenamientos a los trabajadores y los subsidios, como ya existen en algunos países desarrollados.
Más sobre el informe
En líneas generales, el BID consideró que en los ochentas, el crecimiento se redujo hasta un promedio anual de 0,6%, la inflación se disparó a 228% en promedio anual; el promedio de la deuda alcanzó casi el 100% del PIB y muchos países fueron al default. Para revertir estas condiciones, los gobiernos buscaron mecanismos para reformar la economía por medio de ajustes fiscales, desregulación y privatización, liberalización comercial integral y un enfoque más liberal de la inversión extranjera directa
Posteriormente, la liberalización de aranceles implementada entre los ochentas y noventas, tuvieron un impacto positivo y significativo en las firmas manufactureras de las economías más grandes (México, Brasil, Chile y Colombia), sobre todo aquellas políticas a favor de la competencia de las importaciones, que mejoraron la eficiencia gerencial de las empresas. En el caso de Brasil, en la década de 1990, el impacto de la liberalización representó cerca del 15% del crecimiento de la productividad total.
A principios de los años noventa, los economistas ya habían definido buenos motivos para comerciar, ubicando los beneficios en el comercio interindustrial y los efectos positivos que el libre intercambio daba a la competencia. No obstante, esto dependía de las circunstancias y los recursos de los países, y no solamente de las políticas globalistas de la economía.