"El hecho de no tener tanto temor al contagio, como afirmó un 65% de los encuestados, hace que las personas vayan retomando su estilo de vida habitual, más allá de que hoy tengan que hacerlo con ciertas medidas sanitarias. Pero esta reactivación económica es una realidad, se potenciará en los siguientes meses y es vital que así sea, para recuperar los puestos laborales y por consiguiente el poder adquisitivo", indicó.
El freno de la economía se estableció ante la incertidumbre generada por la pandemia durante marzo, abril y parte de mayo, pero con la flexibilización de la cuarentena y con la habilitación de todos los segmentos económicos, se pudo iniciar ese proceso de reactivación en el consumo, “que todavía está lejos de los parámetros normales”, resaltó.
Por otra parte, Larrosa consideró que en diciembre se harán desembolsos de fondos sociales a personas que se encuentran desempleadas y se tendrá el pago de aguinaldos a los trabajadores, por ello, se estima que el consumo aumentará considerablemente.
"Hay una expectativa buena sobre el futuro, porque cerca del 50% de los encuestados señala que la situación mejorará en 2021, tanto en sus finanzas personales como en las finanzas del Estado. Pero dentro de este contexto auspicioso, vemos que el optimismo se potencia cuando los encuestados hablan de sus finanzas personales, porque dependen de sus acciones y son más escépticos a la hora de hablar sobre el Estado, por tratarse de algo sobre lo que no tienen control”, sostuvo.
En esta nueva normalidad, el e-commerce se instaló como un canal de ventas indispensable para los comercios, y el 56% de los encuestados confirmó haber comprado online durante los últimos seis meses.
En este canal se destacaron las compras en supermercados, electrodomésticos, electrónica, indumentaria femenina, perfumería e indumentaria para niños. “Estos rubros se mantendrán al tope de las categorías durante los próximos semestres”, adelantó.
Y aunque vuelva la normalidad anterior, “los encuestados continuarán comprando en un promedio de 50% en canales presenciales y un 50% en digitales, por eso decimos que esta tendencia llegó para quedarse. Además, esto hizo que el e-commerce nacional crezca durante la pandemia y se logre dar seguridad a los clientes o modificar ese comportamiento de comprar solo del exterior", expuso.
¿Cómo se movieron las categorías?
Según el reporte de CCR, las categorías con mayor crecimiento son: cuidado sanitario (89%), limpieza de hogar (50%), frutas y verduras (34%), servicios básicos (31%), internet hogar (29%) y alimentos envasados (19%).
Mientras que las que mantienen sus niveles fueron: cosmética personal, educación privada, alimentos; y las que cayeron en su consumo son indumentarias (85%), bazar (81%), servicios no esenciales (77%), salidas gastronómicas (74%), pescados (54%) y bebidas alcohólicas (50%).
Larrosa aclaró que las bebidas alcohólicas bajaron su demanda por el cierre temporal de los establecimientos gastronómicos o de ocio, y ahora por la caída en el movimiento de estos sitios.
Los desafíos para las marcas
Si bien el 41% de los encuestados mencionó que continúa comprando productos de su marca preferida, el 59% aseguró que migró a marcas más accesibles y con los mismos estándares de calidad.
Esto se da porque el 69% de los consumidores se auto define como racional en el abastecimiento de productos.
"El consumidor paraguayo es muy racional, es decir, busca un equilibrio costo - calidad, y esa premisa hizo su auge en este contexto. Todo esto llevó a que las marcas se renueven presentando nuevos empaques, nuevos precios, y esto se volverá permanente, que tendrá un diferencial cuando se le agregue un complemento de experiencia o emocional", apuntó.
Aspectos positivos y negativos de las proyecciones
De acuerdo a Larrosa, lo positivo es la reactivación económica que se está gestando, porque del panorama de desabastecimiento que se visualizaba en marzo o abril, “ahora estamos tratando de volver a la normalidad con cuidados especiales”, agregó.
Para Larrosa, otro aspecto para resaltar es el crecimiento del e-commerce, que impulsó a las mipymes.
"Mirando el vaso medio vacío, es que esto de no perder el temor signifique que nos descuidemos ante la enfermedad y, por ende, tengamos un retroceso en la cuarentena. Ojalá que eso no se dé, porque será una daga en el corazón al consumo", finalizó.