“Producimos baldosas de caucho 100% reciclado. Cada baldosa lleva 5 kilos de caucho, bien consistentes, bien duras pero que al mismo tiempo son flexibles y blandas por arriba, cómodas para caminar sobre ellas”, explicó Sebastián Maffei, propietario de Ecocur, una empresa que empezó a operar comercialmente en enero de este año, si bien el proceso de triturar el caucho ya había comenzado en noviembre de 2020. Por el momento, según Maffei, es la única y primera empresa en reciclar cubiertas para fabricar baldosas.
Fabricar 1 m2 de losetas requiere entre 20 y 25 kilos de caucho. Las maquinarias utilizadas en el proceso son eléctricas y solamente se necesita agua para enfriar los equipos. A su vez, el agua proviene de un tanque y tampoco hay un gasto continuo del líquido vital, ya que no es necesario renovarlo al hacerlo recircular para proceder al enfriamiento.
El caucho se obtiene de las cubiertas que la empresa recolecta en los talleres con los que tiene firmada una alianza; además, existe otro convenio con frigoríficos del Chaco que proveen sus neumáticos fuera de uso. Por el momento no reciben los desechos de los recolectores individuales.
“Tenemos en mente hacer algún tipo de convenio con el Gobierno para que nos ayuden a recolectar las cubiertas, que los interesados en desecharlas puedan dejarlas en algún punto designado y retirarlas de ahí”, añadió el empresario.
Para qué sirven
Las baldosas de caucho tienen diversas aplicaciones. Se las puede usar en gimnasios y lugares de entrenamiento, su destino más conocido, pues su contextura amortigua las caídas, son cómodas para caminar, para hacer levantamiento de pesas, y para todo tipo de ejercicios.
Pero la idea de Maffei es promover el uso del producto en otras áreas. “Ya tuvimos ventas para estancias; los ganaderos usan este piso para los bretes de los animales, para que no rompan tanto el suelo o la alisada de cemento. Otras personas colocan las losetas en sus quinchos, en los bordes de sus piscinas, porque con el agua se seca rápido y tiene acción antideslizante”, afirmó.
También están quienes instalan el producto en sus oficinas, sobre el deck de madera, porque les molesta el ruido que se hace al caminar sobre ese tipo de superficie. Y están los interesados en ponerlos en sus transganados, cuyo piso suele ser muy maltratado por los animales. “Esto tiene una infinidad de usos y ojalá logremos cambiar la percepción de la gente, que vea que no es solamente para gimnasios”, refirió.
El producto viene en tres moldes, cuadrado, en forma de huesito y ladrillo, que tiene bordes quebrados. Se puede optar por tres colores: negro, verde y terracota o bordó, aunque a elección del cliente cada color puede variar en tonalidad.
“Al ser una industria paraguaya podemos tener mejor precio, pero estamos viendo que hay clientes que en vez de poner piso de cerámica o de cemento están optando por nuestros productos para colaborar con el cuidado al medioambiente porque son 100% material reciclado, y porque tenemos buenos precios: 1 m2 de la baldosa negra cuesta G. 170.000”, resaltó.
La vida útil de las baldosas depende del uso que se le dé, si bien se calcula que dure alrededor de 20 años. “El caucho es un material que proviene del petróleo y tarda muchísimo en degradarse. Hay que tener en cuenta que un neumático de caucho tarda 6.000 años en degradarse”, señaló el emprendedor.
Pero si el producto se desgasta y ya no es funcional, no es necesario tirarlo, ya que puede volver a ser reciclado y ser utilizado como materia prima para nuevas baldosas. “A futuro pensamos expandirnos en el área de reciclaje. Reciclar otro tipo de residuos que en Paraguay no se reciclan. También pensamos fabricar más productos con caucho, hay una infinidad no solamente baldosas”, prometió Maffei.