Uno de los paneles más esperados estuvo a cargo de Claudio “Manolo” Rodríguez, director de Rodríguez Hnos., en conjunto con el abogado José Escauriza, del Estudio Escauriza, quienes abordaron la situación regulatoria y los pasos que está dando Paraguay en materia de autorregulación y normativa para la cartelería urbana.
La normativa: de la ordenanza del 2012 a un nuevo marco
Rodríguez recordó que, tras la pandemia, se generó inicialmente una incertidumbre y luego, con el confinamiento, comenzaron a bajar las ventas en el rubro de la publicidad. Es así que la mayoría de las marcas optó por ajustar y recortar sus presupuestos mientras esperaba algún atisbo de mejoría. Por ende, los primeros en sufrir esta medida fueron los medios de comunicación y el marketing.
“La ordenanza 148 del año 2012, que regula la publicidad exterior en Asunción, no es una mala normativa, pero sí está un tanto desordenada. Con el asesoramiento de Escauriza, trabajamos en un proyecto de actualización que ya está listo, aunque todavía no aprobado por cuestiones políticas”, explicó.
Por su parte, Escauriza puntualizó que en Paraguay no existe una ley nacional sobre publicidad exterior, sino que la regulación corresponde a las municipalidades. En el caso de Asunción, el panorama es complejo: “Encontramos 21 ordenanzas que afectan a la cartelería, lo que demuestra la necesidad de unificar y ordenar la normativa. Por ejemplo, en 2017 se creó una ordenanza específica para pantallas electrónicas, pero con requisitos poco ajustados a la realidad”.
El especialista sostuvo que el momento actual es propicio para lograr una normativa que no solo ordene, sino que también fomente una alianza público-privada en lugar de una relación de persecución: “El objetivo es que la municipalidad y las empresas trabajen como aliados, incluyendo espacios para campañas de interés social y de salud pública”.
Autorregulación como punto de partida
Para Rodríguez, la clave pasa por la autorregulación: “Uno puede tener proyectos de ordenanza, trabajar desde lo legal o lo técnico, pero si no existe un compromiso proactivo de cumplir lo que ya está vigente y de mejorar desde la propia industria, se cae en una contradicción. La autorregulación es la base para avanzar”.
El dirigente resaltó que Asunción debe ser el foco inicial de este proceso, ya que concentra la mayor parte del mercado, pero que el desafío es extenderlo progresivamente a otras ciudades del país que también están experimentando un crecimiento acelerado.
El debate también giró hacia la sostenibilidad. Rodríguez señaló que una forma de impulsar prácticas responsables es que el Estado incorpore criterios ambientales en sus licitaciones, como la exigencia de contar con certificaciones internacionales (por ejemplo, la norma ISO 14000).
Escauriza coincidió en que la normativa no debe convertirse en un obstáculo, sino en un incentivo:
“La sostenibilidad no debe ser un elemento restrictivo, sino un camino para que las empresas encuentren estímulos que les permitan mejorar y apostar por prácticas más responsables”.
El paso del Foro ALOOH por Paraguay no solo marcó un hito para la industria local, sino que también posicionó a Asunción como un epicentro en la discusión latinoamericana sobre el futuro del Out of Home (OOH). Bajo el lema “Estar en todos lados”, el evento dejó en claro que el crecimiento del sector depende de la cooperación regional, la innovación tecnológica y la capacidad de articular normas claras con la responsabilidad empresarial.
La discusión que se abrió durante el foro en Asunción deja una línea marcada respecto a ordenar la normativa, fortalecer la autorregulación y asumir la sostenibilidad como una obligación compartida entre el Estado, las empresas y la sociedad.