“Esperamos un segundo semestre mucho más dinámico. El Gobierno está acelerando los llamados a licitación para infraestructura; eso es un disparador y tiene un impacto importante no solamente en el desarrollo inmobiliario, sino también en la contratación de mano de obra. Es decir, ese impacto también se va a sentir en la microeconomía, donde están estas obras”, comentó Figueredo.
El desarrollador señaló que en el último mes hubo más de 20 llamados del Estado para proyectos de infraestructura, algo que no ocurrió en el primer semestre. “Uno puede ver que se están acelerando los procesos para llamados para infraestructura pública. Por otro lado, la noticia de la calificación de Moody´s genera también un ambiente más proclive al ascenso de la expectativa positiva”, agregó.
Figueredo resaltó que en economía las expectativas son muy importantes, situación en la que se manifiesta la teoría de la profecía auto cumplida, pues cuantas más personas crean que la economía va a estar mejor, entonces las empresas se preparan con anticipación para ese momento.
“Uno prevé que la economía va a estar con expectativas positivas, con lo cual las empresas empezarán a invertir más en logística, en contratar más personas, y eso genera un derrame en comercio y servicios”, aseveró.
El empresario especificó que en el segundo semestre se empieza a ver el resultado de las acciones del Estado, no solamente en infraestructura, sino también en otras licitaciones. “Tiene que ver con que los trámites, los procesos burocráticos, son largos y eso se empieza a notar recién en el segundo semestre que, desde luego, era lo que se esperaba”, dijo.
Y con el recién alcanzado grado de inversión obtenido por Paraguay se genera mayor expectativa, por lo que las empresas desarrollan un apetito mayor para contratar, invertir y generar nuevos proyectos.
Macroeconomía ya está, falta microeconomía
¿Se puede cuantificar la expectativa favorable? Hay indicadores que le ponen números al optimismo que despierta una economía que se percibe como favorable. Por ejemplo, el Índice de Clima Económico (ICE) de la Fundación Getúlio Vargas, que en su informe sobre el primer trimestre del 2024 ubicó a Paraguay como el país con el mejor clima de negocios de la región, con un puntaje de 154,6.
Probablemente el panorama positivo tenga, incluso, un empujón mayor con las buenas noticias de la última semana. Además, según los indicadores del BCP y los de las consultoras privadas hay una aceleración de la economía y eso, seguramente, se va a profundizar.
“Las metas macroeconómicas ya están cumplidas, las metas de inflación ya están cumplidas y las de crecimiento económico se están revisando y se espera un alza. Teníamos estimado un crecimiento de 3,5% y en este momento las consultoras privadas dan 4%. Ahora tenemos que ver cómo baja eso a la microeconomía”, remarcó Figueredo.