Desde el pasado martes la ciudad suiza reúne a políticos, empresarios y representantes de organizaciones sociales y culturales para debatir sobre los problemas que más aquejan al mundo. La organización asegura que la cumbre reunirá a 3.000 participantes de todo el mundo que buscarán mecanismos de apoyo para ayudar a gobiernos e instituciones a avanzar hacia el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El doctor en derecho y exintendente de Asunción, Martín Burt, es el único representante que tiene Paraguay dentro del foro. Llegó a Suiza esta semana para presentar los programas que desarrolla la Fundación Paraguaya, organización en la que Burt se desempeña como director ejecutivo.
¿Qué es Davos en líneas generales?
El Foro Económico Mundial se celebra en un pueblito llamado Davos, yo lo comparo con Atyrá o San Bernardino, solo que en los Alpes suizos, por lo que está lleno de nieve. En las montañas más altas hay complejos para esquiar, pero más abajo está el centro de convenciones donde se reúnen empresarios de corporaciones de talla como Facebook, Twitter, Nestlé y otros gigantes económicos.
La gran preocupación del sector empresarial mundial ahora es el cambio climático y las guerras comerciales. Sobre el cambio climático hubo conversaciones referentes al costo del fuego en el Amazonas y en Australia, las posibles inundaciones en ciudades que están a nivel del mar y las migraciones causadas por el cambio climático.
¿Cómo se tomó la participación de Donald Trump en esta edición?
El gran comentario sobre la presencia de Trump es que vino a Davos siendo que en su país le están realizando un proceso de juicio político. Da la impresión que a él no le importa mucho y que es una demostración de poder. Sin embargo, los referentes empresariales se dan cuenta de que su presidencia coincide con el auge comercial y la gran reducción del desempleo en EE.UU., así como los números récords a los que llega la bolsa de Nueva York.
Trump es muy polémico porque él rechaza el calentamiento global y en su discurso mencionó que es solo un grito histérico, por nombrar un detalle.
¿Davos es un espacio donde pueden resolverse conflictos como la guerra comercial entre EE.UU. y China?
En Davos se resolvieron varios conflictos. Cuando cayó el muro de Berlín se realizaron muchas reuniones de trabajo, lo mismo cuando se levantó el apartheid en Sudáfrica, fue la sede de las reuniones entre el expresidente Frederik de Klerk y Nelson Mandela. También hay miles de reuniones bilaterales de las que uno nunca se entera.
¿Se puede decir que el Foro Económico Mundial es una reunión de élites?
Tengo que reconocer que cada vez más el Foro Económico Mundial, bajo el liderazgo de Klaus Schwab, apuesta a la inclusión, acá se les invita a todos, incluso a los que se oponen al capitalismo. Schwab y el foro rechazan el capitalismo que solamente busca el lucro e incentiva a uno más inclusivo, que tenga en consideración al planeta, la sociedad, la población y no solo el dinero.
Desde la perspectiva regional, ¿qué discusiones se podrían dar en Davos?
La gran preocupación es Venezuela y qué hará con la crisis migratoria que está ocasionando, los países están pidiendo ayuda económica para solventar la llegada de los refugiados que están yendo a Colombia, Ecuador, Chile y otros. Otro problema que se está observando es la deuda de Argentina con el FMI y qué probabilidades hay de repetir el default.
También está en el tapete la guerra comercial entre China y EE.UU., la cual generó un bajón económico para el país asiático y eso afectó a la demanda de carne y soja paraguaya. Ahora que Paraguay tendrá un récord de producción de soja, ojalá que eso se traduzca en buenos precios.
¿Cómo puede servir este encuentro a Paraguay?
Puede servir como sede de la reunión entre Paraguay y Brasil para las negociaciones de Itaipú, tomando ejemplo de otras negociaciones internacionales. Me reuní con gente que llegó de Brasil y les manifesté que la negociación debe ser como la de EE.UU. y Panamá, un win-win, porque si Paraguay pierde habrá inestabilidad política y eso tampoco le conviene a Brasil.
Brasil debe darse cuenta de que el tratado tiene que ser aceptado por la ciudadanía paraguaya y la opinión pública paraguaya. No se puede llegar a un acuerdo magnánimo a Brasil, teniendo en cuenta que durante tantos años Paraguay le vendió energía subsidiada mientras ellos no pagaron la deuda.
¿Con qué personalidades pudo reunirse?
En la tarde de ayer estuve reunido con el cardenal Peter Turkson que es el encargado del ministerio de desarrollo social del Vaticano, prosiguiendo con las conversaciones que tendré con el Papa en noviembre. Pude mostrarle el semáforo de eliminación de pobreza de la Fundación Paraguaya que se está implementando en 29 países, con más de 300 organizaciones.
Ayer por la noche hablé con el presidente de Ecuador, Lenin Moreno. Él está implementando dos programas de la Fundación Paraguaya, las escuelas agrícolas autosuficientes y el semáforo de eliminación de pobreza.
También hablé con personas que tienen intenciones de llevar el programa de reducción de pobreza a Alemania y a EE.UU. La Fundación Paraguaya es una de las pocas organizaciones sociales de América Latina que está llevando sus programas a países ricos.
¿Qué reuniones tiene fijada para lo que queda del foro?
Hoy me toca reunir con el encargado de Nestlé para América Latina. Nosotros estamos trabajando con la empresa en un programa de fomento a la juventud y otro de fomento al pequeño productor agropecuario cafetero y de cacao. Posteriormente hablaré con emprendedores sociales de India, que actualmente están llevando un programa de la Fundación Paraguay a su país.