La cámara anunció que el año pasado las ventas bajaron en el orden del 25% “en toda la estructura” con respecto a 2019, debido, fundamentalmente, a que disminuyó la comercialización de antibióticos, vacunas antigripales y otros medicamentos. “Casi no hubo influenza ni resfrío”, resaltó.
Esta situación se debió al escenario inédito que generó la pandemia del COVID-19, pues el aislamiento hizo que la gente se enfermara menos. A esto se le sumó lo ocurrido sobre todo entre la fase cero y la llamada cuarentena inteligente, momento en el que las personas dejaron de adquirir medicamentos para las afecciones crónicas, algunas por temor al contagio y otras por haber visto como disminuyeron sus ingresos.
Sin embargo, este año el panorama está cambiando y ya se observa un repunte del volumen de transacciones, al punto de que la recuperación se encuentra cercana al 40%, según el gremio que reúne a las farmacias.
Fidelidad: la clave para pequeñas y medianas farmacias
Es así como en 2021 volvió a crecer el número de ventas “frente al mostrador” y descendió la cantidad de transacciones hechas a distancia, a través de las compras en línea. Pero las pequeñas y medianas farmacias, a diferencia de las grandes cadenas, siguen dependiendo del cliente fiel, que es el que está sosteniendo el repunte.
Cafapar asegura que la mayor parte de la clientela de los pequeños y medianos negocios expendedores de medicamentos, alrededor del 60% de los compradores, la conforman personas de más de 40 años, quienes viven a una distancia de entre tres y cinco cuadras a la redonda y adquieren sus medicinas mediante recetas a través de WhatsApp.
Se calcula que en el país operan más de 2.000 farmacias y cada una de ellas mantiene un plantel de seis funcionarios, en promedio. Cafapar confía en que el sector continúe creciendo y sus estimaciones apuntan a un incremento del 5% en el número de establecimientos de este tipo.