La inflación pico a comienzos del segundo trimestre del año se redujo a 8,9%. Esto, indica que se terminará el año dentro de una coyuntura normal. Según el directivo, dentro de la escalada de precios, a excepción del petróleo -cuyo factor es aleatorio y exógeno-, el resto se mantendrá estable hasta fin de año.
“Eso va a permitir, en cierto modo, que la ecuación de negocios y precarización del poder adquisitivo sea más suave de lo que se pensó en un escenario que estaría preocupante si llegáramos a dos dígitos, que no va a ocurrir”, evaluó.
Agregó que, pese al encarecimiento de productos fertilizantes a razón de la guerra en Ucrania, lo más importante es que llegue a una buena cosecha, para que la balanza sea positiva.
Con relación a las perspectivas del segundo semestre, Egüez observó que todos los motores propios de la economía pueden tener un buen desempeño. Esto, hablando de la agricultura, carne, maquila, servicios, construcción.
“Creo que la tendencia del segundo semestre es estable, es decir, un proceso que no será una recuperación, pero sí de sostener la ecuación actual, esperando el gran diferencial en la campaña sojera”, expuso.
Para el presidente del Club de Ejecutivos, si la campaña sojera del 2022-2023 viene más auspiciosa, tendremos números importantes en alza.
En lo que queda del 2022, Egüez consideró que lo relevante es terminar dentro de lo que el Banco Central del Paraguay estimaba, un crecimiento de la estimación del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo de un dígito y con un valor dólar que se ha procurado mantener dentro de la franja que no supere los G. 7.000.
“Lo que hace el Banco Central es bastante difícil, por un lado retiene la inflación y por otro regula los picos del dólar. Es difícil mantener ese equilibrio que impacta en la microeconomía. La importación se ve afectada por la suba del dólar, pero eso también beneficia a la exportación”, indicó.
En definitiva, el ejecutivo manifestó que se pudieron mantener los picos que amenazaron la estabilidad económica. No obstante, el dirigente gremial sostuvo que su preocupación más grande es la política.
“El peligro que vemos es que esta lectura -respirando con lo mínimo- no lo interprete el sector político, que tiene poder. Uno de los factores que puede desencadenar un problema serio son las modificaciones que puedan surgir desde el Congreso y atenten contra el equilibrio fiscal”, dijo.
En el último Informe de Política Monetaria (IPOM), el BCP reveló sus proyecciones de crecimiento e inflación, puntualizando que el PIB crecería 0,2% al cierre del 2022. En torno a la inflación, se estima que llegará a 8,8% al cierre del año.