En una reunión organizada por el Centro de Regulación, Normas y Estudios de la Comunicación (Cerneco), el ministro de Hacienda, Benigno López, dijo que el futuro de la economía paraguaya depende de una reforma del Estado con proyección a 20 años. El jefe de cartera indicó que los principales factores adversos del país son: la ineficiencia de los servicios públicos, el mal gasto público y compras ineficientes. Para revertir la situación se debe fortalecer la institucionalidad, luchar contra la informalidad, el contrabando y mejorar el capital humano.
“El comentario del ministro es muy general, pero estoy de acuerdo con la necesidad de realizar una reforma del Estado para mejorar el bienestar de la gente. Parece un plagueo interminable, pero para que se active la microeconomía, debe haber capacidad de consumo, es decir, los ciudadanos deben poseer disponibilidad”, señaló Filártiga.
Solo el pago de los servicios básicos afecta considerablemente a los ingresos. “Con el pago del seguro médico, la cuota del colegio de los hijos, la cuota del automóvil, seguridad privada y alquiler o cuota de vivienda de una familia se puede llegar a gastar entre G. 7 millones a G. 8 millones por mes, sin contar los gastos vinculados a la alimentación”, explicó Filártiga, que además considera a la corrupción como la principal causa de que los servicios públicos no funcionen.
Para que la microeconomía se dinamice debe existir capacidad de consumo, según Filártiga, sin embargo ahora existen condiciones que no son favorables, por ejemplo, el impuesto a la renta personal (IRP), que alcanza a estratos menores. “La reforma profunda del Estado debe lograr que una familia obtenga todos esos servicios primarios, sin un pago adicional, por el contrario, que sean proveídos por un Estado eficiente. No obstante, este tipo de reformas son estructurales y a largo plazo”, acotó.
Posibles cambios
Como medidas iniciales, a nivel macroeconómico, para estimular la reacción Filártiga recomendó inyectar inversión pública, bajar el combustible, frenar el IRP para estratos más bajos y estimular el crédito, así se tendrían expectativas positivas. “También se debería inyectar más dólares al mercado para atenuar la suba del tipo de cambio. El nivel actual nos encarece, lo ideal es que se mantenga entre US$ 5.600 y US$ 5.800”, sugirió.
Por último, resaltó la necesidad de generar un ambiente propicio para la creación de empleos, que por el momento se mantienen en cantidad (no varían) y, a la vez, hacer que estos sean de calidad, es decir, que los empleados cuenten con seguro de IPS, acceso a créditos y a capacitaciones.