Se acerca el Día Internacional de la Mujer y a lo largo de la historia, las mujeres demostraron su capacidad para liderar con visión, determinación y empatía. A pesar de los obstáculos y prejuicios, supieron superar las barreras y alcanzar posiciones de poder en todos los ámbitos, desde la política y los negocios hasta la ciencia y la cultura.
Un informe hecho por el Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que actualmente las mujeres paraguayas representan el 50,9% de la población, unas 3.017.996 personas. Esta cifra no incluye los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay, comunidades indígenas y viviendas colectivas.
Según Aranda, Paraguay ha sido históricamente un país con una cultura empresarial dominada por hombres. Sin embargo, las mujeres han ganado presencia en todos los niveles organizacionales, incluyendo puestos de alta dirección. “Hoy en día es muy normal ver CEOs, gerentes generales y ejecutivas en grandes empresas, tanto nacionales como multinacionales, pero fue un proceso de conquista”, enfatizó.
Esta conquista no fue solo el resultado del esfuerzo femenino, sino también de la apertura de los hombres, quienes comprendieron el valor de la diversidad en el liderazgo.
A pesar de los avances, Blasco reconoce que aún existen ciertos obstáculos en el ámbito empresarial. Uno de ellos es la percepción sobre la maternidad. “Muchas veces, al momento de elegir entre un hombre y una mujer para un cargo, se considera que la mujer tendrá más ausencias debido a sus hijos”, mencionó. Sin embargo, Blasco enfatizó que esta visión está cambiando progresivamente, ya que cada vez más hombres asumen roles activos en la crianza de sus hijos.
Para Blasco, uno de los aportes más significativos de la mujer en el ámbito empresarial es su capacidad para romper con estructuras rígidas y fomentar la innovación. “Las empresas lideradas por mujeres suelen valorar más a las personas en su totalidad, no solo como trabajadoras”, expresó.
Asimismo, destacó la importancia de generar espacios donde los colaboradores puedan expresar sus ideas y sentimientos, creando un sentido de pertenencia que va más allá de lo laboral. "A veces, es difícil lograr el compromiso total de los empleados porque a veces ven su trabajo como algo temporal. Sin embargo, una gestión que incluya la escucha activa y el bienestar integral puede marcar la diferencia”, agregó.
“La creatividad forma parte de nuestra esencia biológica. Con todas las oportunidades que tenemos hoy, eso se fortalece y surgen nuevas maneras de hacer las cosas, lo que beneficia a las empresas y al mercado en general”, sostuvo por su parte Aranda.
En cuanto a los sectores que aún requieren mayor presencia e impulso femenino, Aranda señaló: “En los sectores productivos e industriales, la presencia de mujeres sigue siendo menor. Sin embargo, con la automatización de procesos, hay nuevas oportunidades para que las mujeres se incorporen en estos rubros”.
Para Blasco, la formación continua y el respaldo de redes de apoyo son claves para el crecimiento profesional de las mujeres. “Formo parte de la Asociación Paraguaya de Empresarias y Profesionales (APEP), un espacio donde compartimos experiencias y aprendemos unas de otras”, comentó.
La mentoría entre mujeres líderes es un factor fundamental para impulsar nuevas generaciones de empresarias. “Poder contar con referentes y aprender de sus experiencias facilita el camino para quienes están empezando”, sugirió Blasco.
"El aprendizaje continuo y el intercambio de experiencias son esenciales para seguir avanzando. La mentoría permite transmitir información, inspirar y abrir caminos para que más mujeres se atrevan a desafiar los límites”, añadió Aranda.