“Desde el punto de vista de especialidades la industria cubre el 70% del vademécum paraguayo. Y de la producción de Farmacéutica Paraguaya (Fapasa), una de las plantas más importantes del Paraguay, se nutren otros países de la región, incluso México”, aseguró Gerardo García, presidente de la Cámara Paraguaya de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma).
En cuanto a montos, alrededor del 50% de lo que se gasta en el país en remedios va para la industria local. La diferencia con respecto al porcentaje de cobertura en unidades se debe a que los productos nacionales son más baratos que los extranjeros.
¿Qué falta? “Lo que todavía no tenemos, y estamos prácticamente en proceso de desarrollo, es en la fabricación de biotecnológicos. Para impulsar la actividad se necesitan inversiones muy importantes. Hasta ahora todas las inversiones de las industrias farmacéuticas locales se hicieron con aporte propio o con financiamiento bancario directo”, dijo García.
El referente gremial reclamó mayores incentivos en lo que respecta al financiamiento y gestión para “abrir nuevos mercados porque el nuestro es pequeño como para desarrollar una industria tan grande”.
Entre otros requisitos tal vez el más importante sea el fortalecimiento de la autoridad sanitaria paraguaya, para elevar su calificación a nivel mundial. “Estamos en un nivel dos y necesitamos llegar a un nivel cuatro para que nuestros productos puedan ser aceptados en los mercados del mundo”, subrayó.
García destacó que en lo que se refiere a la capacidad de la mano de obra local, el país cuenta con recursos humanos especializados, la mayoría profesionales nacionales, aunque con especializaciones realizadas en el extranjero.
“Tenemos gente muy buena, pero donde hay déficit es en la parte de nuevos profesionales egresados de las facultades paraguayas para cubrir la demanda de la industria químico farmacéutica. Son pocos los egresados para lo que se necesita”, recalcó.
La falta de interesados en seguir carreras relacionadas con la química se debe a que exigen una dedicación del 100% de parte del alumno, por lo que el estudiante no puede trabajar mientras cursa.
Por otro lado, se trata de una carrera costosa. “Creo que por eso hay poco interés. Nosotros estamos trabajando con la facultad de química para ayudarles en ese sentido, abriendo nuestros laboratorios para las pasantías, pero igual no podemos cubrir el déficit que tenemos en mano de obra”, significó.